domingo, 29 de noviembre de 2009

- LA MASCLETÁ -

Alegría de Valencia en fallas.Marzo.Cientos de personas se reúnen en la Plaza del Ayuntamiento. Solo desean el ruído imparable de la gran mascletá de pólvora y estrépito.La fallera mayor le habla al pirotécnico que va a dirigir el estruendo:
- "Senyor pirotècnic.¡Pot escomençar la mascletá!"
Y comienza la mascletá.Todo ruge y parece tambalearse como en un gran orgasmo de alegría y decibelios.La gente,vibra.Los falleros y simpatizantes se preparan para recibir un trueno incesante de cinco minutos.Suena con fuerza la pólvora,los presentes aprietan los dientes y resisten mostrando complacencia con la presentación de un efecto atávico y ensordecedor.Pasan los minutos.Aumenta la máquina de la potencia de la fuerza del ruído consentido y provocado.Los decibelios raramente bajan de la medición de 100.
Hay gente que no puede más y decide retirarse y alejarse.Es una prueba que exige tensión.Hay quien aguanta bien.Truena la gran Plaza Mayor de la ciudad.El remate final.Los mascléts ganan velocidad y se aprestan al sprint final.La gente,lo sabe.En el paroxismo del ruído,la gente se pone a aplaudir con el corazón abierto,ayudando a aquel estrépito imparable y emocional.
Finalmente,todo cesa.Unas cuantas salvas nos indican el fin de la gran mascletá fallera.Los oídos están jodidos,pero mayormente contentos.La risa nerviosa aparece de nuevo.Los atronadores aplausos,contrastan con la mirada asustada y preocupada del joven bisoño extranjero.
Y de repente unos muchachos y muchachas se van a por el maestro de la pirotecnia.Le suben a hombros,y le llevan en volandas a lo más alto.Al mismo balcón del Ayuntamiento.Y desde allí , lleno de alborozo y triunfo,saluda.El exceso y la tradición se han vuelto a salir con la suya y por la puerta grande.
La masa decide ir replegándose hacia sus casas.Centenares de jóvenes y de adolescentes se abren paso casi a codazos en busca de una salida de aquella muchedumbre asfixiante y feliz. Los moteros empiezan a hacer de las suyas.Los policías apenas pueden detener sus excesos , caballitos,exhibiciones y temeridades.
Consumatum est.La fiesta es la fiesta.El ruído ha vencido a la cordura.Y al día siguiente habrá una nueva muestra de exceso.Que tiemble y tire la toalla quien ame el budismo del silencio utópico.
-LAS FALLAS-

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