viernes, 31 de enero de 2014

- EL HÉROE ÚTIL -



Es el gran as en la manga. El que nos protege y soluciona los entuertos. Sí. Es el héroe útil. Nuestro soldado mágico que cuando falla todo siempre sabes que puedes contar con él.
Se asegura que solo es una máquina que algunos activan y que no es en realidad un hombre. Pero ante fenómenos como nuestro héroe, todo tipo de cosas han de oírse. Es inevitable. El amor tiene críticas.
El héroe ha logrado hazañas increíbles. Cuando los bomberos se rinden ante la imposibilidad de controlar un incendio, llega el héore y se introduce entre las llamas buscando los focos de fuego más iracundos y descontrolados. Y sin que nada le pase y a los pocos minutos, ya abre caminos nuevos para que los bomberos puedan concluír su labor.
Cuando alguien se desorienta en la gran montaña nevada y los más sofisticados equipos de rescate temen lo ya casi inevitable, llaman al héroe cotidiano. Y nuestro héroe, como un ángel casi imposible, rebaña las nieves y asciende como un pájaro sorteando aludes y peligrosísimos abismos. Y llega exactamente a donde está la zona extraviada. Allí, calma a los montañeros perdidos, les da agua y sustento, y manda señales a los amigos del más próximo campamento base. Se le escucha a través de dichas señales, y llega hacia ellos el personal de rescate. Asunto finiquitado y feliz.
El héroe útil es capaz de auténticos portentos. Sabes que te quiere y que te va a salvar. Como cuando un hombre ha sido secuestrado y no le dejan salir porque piden los facinerosos un dinero a cambio para dejarle libre. Y entonces nadie sabe los porqués que le llevan a ser tan grande, pero el héroe toma su auto y es capaz de llegar exactamente al lugar del sufrimiento. Y como una magia, dispara su pistola paralizante sobre los enemigos y los neutraliza por completo. A continuación, libera al secuestrado y lo entrega sano y salvo a la policía para que lo traslade a los familiares que le darán amor.
Pero, ¿quién es realmente el héroe útil? Nadie desea responder a esa pregunta. Y yo creo que hacen bien. Porque no es esa la cuestión. La más importante o trascendente. No. Lo mejor es que han de existir los sueños. Y cuando todo parece que está atenazado por la niebla o las devastadoras tormentas, siempre vamos a necesitar pensar en un sol majestuoso y en una playa vacacional y encalmada. En un después grato.
Siempre es bueno el color de las sorpresas. Pensar, que nunca existen las adversidades definitivas. Porque tras nuestros lloros habrán otros que fabricarán pañuelos de paz y de abrazos de sosiego.
Nuestra vulnerabilidad precisa del soporte de alguien que siempre estará. De gente. De más gente que nosotros mismos. Por eso es y estará siempre el héroe. Porque nos da la gana que esté y porque nadie será nunca autosuficiente ni deidad.
Y seguro que el héroe útil y cotidiano será un ciudadano medio como todos nosotros. Lo que pasa es que se atreve más, y es mágico y especial. Y le queremos. Y sabe transformarse y diversificarse para darnos placer y bienestar.
Le amamos. Le adoramos. Le besamos y necesitamos. Porque es útil ser niño y amar lo novedoso, para así romper lo aparentemente imposible. Y entre la noche derrotada sale una sonrisa de amor y un oso bueno en el que puedes confiar porque tiene fuerza y es noble.
El miedo no gana y puede esperar. El héroe se retroalimenta y se recompone. Y siempre está en la acción permanente. Como los pájaros que madrugan y surcan los cielos al alba rompiendo todos los tedios. O como el amanecer que se impone al aburrimiento y alumbra deseos renovados.
El héroe nos asiste. La vida nos besa. La chica nos quiere. El aire lleva el oxígeno que necesitamos para respirar, y el médico llega siempre al hospital y nos atiende.
-Y NOS DA BESOS DE ATENCIÓN-

jueves, 30 de enero de 2014

- ORTEGA LARA Y EL SOBRECOGIMIENTO -



José Antonio Ortega Lara fue funcionario de prisiones y secuestrado por la separatista ETA. Espantoso fue su cautiverio. Le metieron en un indigno agujero llamado zulo, y allí lo tuvieron más de quinientos días de un período terrible e interminable. Hasta que fue finalmente liberado.
Fue una imagen televisiva. El icono del dolor. Verle roto, desesperado, famélico, abatido y destrozado anímicamente, me puso los cabellos de punta. Me causó dolor verle así. Era una imagen de tanta fragilidad y vulnerabilidad, que me produjo escalofríos. Todavía hoy, cuando recuerdo aquella estampa mediática y descarnada, me sobrecoge y tensa. ¡Cuánto dolor! ...
Ortega Lara estuvo un tiempo recuperándose con su familia y los suyos. Le hicieron tanta tortura mental, que yo llegué a pensar si este hombre podría algún día respirar sanidad y una nueva y feliz sonrisa. Tuve muchas dudas, y preferí pensar que su anonimato y su recuperación sin que apenas supiéramos, sería la mejor noticia para él. Que se fortaleciera y tratase de olvidar aquel su tremendo infierno. Su espanto.
Afortunadamente, y digo afortunadamente, en Euzkadi se vive un tiempo nuevo. ETA ha manifestado su deseo irrevocable de dejar la violencia. Una noticia realmente extraordinaria. Realmente, esperanzador el horizonte tras décadas de terror.
Ha sido un conflicto ideológico de fondo. Una larvada guerra civil local y de guerrillas, que ha salpicado a toda España. Centenares de muertos y de heridos en el camino. ¿Cómo pasar página? ...
Hay caminos errados. Uno de ellos ha sido el dar demasiada cancha y hasta protagonismo político a las víctimas del terror. Algunas de ellas han  derivado hacia posiciones de proyección política, más allá de las del mutuo y necesario apoyo y consuelo entre sí. Han tomado rumbo político desde su dolor y desde no aceptar la nueva realidad y las nuevas reglas del juego.
¿Integrarse en partidos políticos aportando su desgarro y su emocionalidad lesa?, ¿reinvindicar y marcar con el dedo a sus malhechores haciendo de este hecho bandera política? ¡Escalofriante! ...
El Partido Popular acogió a muchas de estas personas. El partido de Rajoy acepta la nueva realidad. Asiste al proceso de pacificación de futuro, y no hace excesivo ruído apostando hábilmente por el pragmatismo. Sabe que lo que va a pasar en Euzkadi en el futuro será que ya no habrán más muertos ni heridos. Parecen jugar a la fría y necesaria estrategia de transición.
Y entonces, las víctimas montan en cólera. Como Ortega Lara. Y le dicen al Partido Popular que es un blandengue con los abertzales, y que se van a un Partido herido y con dolor que se llama "Vox".
Y entonces me vienen de nuevo a la cabeza aquellas imágenes desgarradoras de la liberación de Ortega Lara, y me doy cuenta de que no le han aconsejado bien, y que le han vuelto entre muchos a zarandear y a hacer daño.
Comprendo todo su tremendo dolor. El de Ortega Lara y el de todas las víctimas de la violencia del terror. Pero Ortega no va por buen camino. Sus amigos deberían aconsejarle que dejase la política y que tratara de apartarse de territorios turbulentos. Porque la política no debe ser nunca una terapia personal para sentirse mejor. Ortega Lara nunca perdonará a los canallas que le rompieron su sonrisa. Pero él no debería buscar tanto en el daño de aquellos tiempos. En mi opinión debería apartarse a un lado y buscar un terreno más respirable. Y tratar de aceptar las duras realidades. Me gustaría que reflexionara y que se serenara. Nunca olvidaré aquellas imágenes suyas destrozado de dolor. Me ganaron.
-Y POR ESO ESCRIBO ÉSTO-

miércoles, 29 de enero de 2014

- LA VENTANITA CÓMPLICE -



Antes de acostarme. Llega la paz. En el ordenador en el que mato el tiempo y escribo, aparece una ventana pequeña y cómplice que se abre para mi realidad y para mis sueños. Es una mujer. Es, élla.
Yo recibo su presencia con entusiasmo inicial. Con excitación y hasta euforia. En ese ordenador que está poblado por millones de personas, solo hay una ahora. Y la excitación inicial deja paso franco a una grata realidad.
Esta mujer no solo son unas letras que me escribe, o una complicidad mutua y aceptada. No. Esta mujer es de carne y hueso, y una persona, y con sentimientos, y con su universo personal. Un regalo y un tesoro para compartir.
Ella viene a mí y yo a ella. Porque el ordenador puede ser potente y auténtico, y las palabras huecas y corteses pueden convertirse en hechos que se construyen y que se solidifican. Son unas letras amigas de una persona grata y libre que desea el encuentro con mis letras. Y cuando dichas letras se juntan en el interior de la ventanita cómplice, todo se hace cercano y cálido. Incluso los silencios lo son. Porque el azaroso destino ha decidido que así tenga que ser.
No parecen haber demasiados secretos. Ha sucedido el respeto y el placer de compartir un tiempo en el que los demás apenas pueden intuírse o existir. Es nuestro tiempo tras los duros trabajos, es nuestra coincidencia en el estar ahí diciéndonos cosas que nos gusta leer y expresar. Es el momento de disfrutar y de pasarlo realmente bien. De cuidar esa inicial relación y de profundizar paulatinamente en ese gusto casi mágico por estar juntos. Sin nadie más.
Ya es mi amiga. Y yo soy amigo de ella. Porque la diosa amistad así lo ha querido y porque nosotros dos hemos obedecido a tal sentimiento cómplice.
¿Qué pasará mañana o más adelante? Ni a ella ni a mí nos importa demasiado. Porque estamos construyendo con placer un futuro. Y solo nos interesa el presente de indicativo, el respetarnos, el reírnos, y el disfrutar de cada segundo.
Yo respeto a esta grata mujer. No juego con ella. Es lo último que se me ocurriría. Porque todo esto es un regalo de la vida que he de conservar a través de mi naturalidad y autenticidad.
Ella me va conociendo día tras día. Sus capas cautelosas de cebolla pueden abrirse en la medida que llega el calor y el bienestar. Y entonces lanzo mi audacia masculina y ella comprende mi subida de las hormonas. Pero sabe pararme y contenerme. Y yo obedezco sus sugerencias.
Me siento bien en esa ventana nocturna y natural. Y me siento bien porque ella se siente bien, y todo esto me halaga y me reafirma. Es ella y cada vez es más ella, porque me la sé más y ella me sabe más a mí.
Hay como un imán de atracción. Y podemos hablar de lo que sea o haga falta, pero es un lenguaje especial. Es el lenguaje del estar juntos, de posicionarnos en esta bella idea, de sentirnos muy bien ahí en dicha ventana, y de mantener el placer y el deseo de que esto siga y se agrande.
Como la vida fuera del ordenador. No hay ahora diferencias. Las letras son sus manos, o sus cabellos, o su femineidad, o su vitalidad, o su ilusión, o su gratitud audaz y propia.
Y en mí se despierta una fuerza orgullosa y renovada, una ilusión nueva que puede tocarse, una tranquilidad de espíritu, y muchas ganas de que vuelva la noche y la ternura. Y muchas más noches, y muchos besos y saludos, y más ilusión de Noche de Reyes, y mucha realidad cotidiana, y todo el respeto y el olor a tomillo mojado del campo tras una lluvia más que oportuna.
-COMO TÚ-

martes, 28 de enero de 2014

- LA HUMAREDA -



Manuel Zoms es listo y hasta tiene un peculiar sentido del humor. Quizás porque no es capaz de sacar al exterior sus verdaderos sentimientos. Y aunque no es feliz, pocos conocidos se atreven a emitirle un diganóstico en contra. Para ellas y ellos, Manuel Zoms es una persona más o menos como los demás.
Pasa desapercibido. Eso es lo que pasa a Manuel. Que además de que le conviene pasar por el mundo lo más desapercibido posible, a sus demás tampoco les gusta que pudiera andarles con monsergas de dolor. Porque lo triste tiende a alejar.
El mediodía. La hora de comer. Ese es el mejor momento para saber gran parte de su verdad. O, de intuírla. Porque es cuando Manuel Zoms se muestra más desnudo y vulnerable en su realidad. Que no es precisamente una realidad previsible. Al menos, aparentemente.
Porque Manuel sale del trabajo y se mete en su piso. Y entonces le interesa únicamente un mundo especial. Y ese mundo se halla bastante lejos del mundo real y se convierte únicamente en un deseo fantasioso, personal y patológico.
Y Manuel se pone unos auriculares y escucha las emisoras en donde hay violencia hacia quienes no soporta. Y hace gestos compulsivos con la boca y con la lengua, parece que juegue con dicho apéndice lingual, y suelta toda su libertad gestual.
Y como no le gusta cocinar ni cualquier comida le agrada, entonces decide freírse un trozo de pollo. Unos trozos. Y lanza aceite sobre una sartén sucia y quemada, y trata de disimular en lo posible la escasa higiene de su cocina. Por eso enciende el fuego al máximo. Ese fuego, que cree necesario y hasta purificador. Y mientras se hace atropelladamente una ensalada, se centra en lo que escucha en sus oídos procedente de sus tramposos y silenciosos auriculares, y se desentiende de lo que va pasando con la sartén, el aceite y el fuego.
Hasta que el humo gana terreno tras hacer un inicial acto de presencia. Pero Manuel Zoms se encoge de hombros y decide no mirar. Le es igual que la cocina sea una humareda. Todo le es igual. Lo único que le interesa es que el pollo que tiene en la sartén se fría hasta extremos casi inauditos.
Casi todo quemado. Así le gusta el pollo a Manuel Zoms. Y el horno resiste como buenamente puede. La sartén no puede estar más quemada y para tirar, y eso relaja a Manuel. Ya no puede el cacharro de cocina estropearse más.
A la sartén, hace meses que le falta el mango. Pero eso no parece tener importancia. No cambia nada. No piensa Manuel en ir a una ferretería a comprarse una nueva. Si lo hiciera, no sería una buena inversión, decide. Porque a las dos semanas ya estaría quemada. Y para eso no se compra nada nuevo y se sigue con la inercia de lo que ya se tiene.
Manuel convive bien con la humareda. Abre las ventanas de su patio de luces, y el humo tiende ligera y poco a poco a escaparse. Y ni siquiera el hombre se afana en poner el extractor del humo. Y el ruído de dicho extractor podría llamar la curiosidad de alguno de sus vecinos. Por la tanto, mejor el silencio.
Media hora, quizás una hora más tarde, ya no hay humo en la cocina de Manuel Zoms. Y el pollo casi carbonizado ya está en el interior de su estómago. A Manuel le gusta así. Quemado. Es un sabor que no se sabe muy bien por qué le agrada, pero tampoco él le da demasiadas vueltas a los porqués. Sus cosas son así. Él, es así.
Y al día siguiente habrá en su cocina una nueva humareda. Y más pollo, y más auriculares que escupirán tertulias reaccionarias y hasta violentas.
-COMO LO ES ÉL MISMO-

lunes, 27 de enero de 2014

- CINE: "AGOSTO", UN RECITAL INTERPRETATIVO. -



La antifamilia. Esa parece ser la gran tesis y el nudo gordiano. La familia como pose o pega. Como algo que a veces se pone ahí y se institucionaliza porque casi no hay más remedio. Y todo aparece como falsario, triste y hasta demoledor. ¿El amor? Todo condicionado, carente, embustero y resignado.
En medio de la casa o del lugar, del gran nido incomunicado y casi siempre vacío, hay una casa. Una potente y clásica casa. Pero para poder acceder siquiera al lugar, hay una carretera enorme y tremendamente distante y rodeada de desierto. Rectas y soledad. Oklahoma. Y una buena metáfora para describir los contextos y todas las realidades que se enzarzan entre sí buscando una predominancia.
Porque hay una lucha feroz entre el cuerpo y el aroma clásico y unidamente familiar, y el individualismo que se ha de reivindicar una y otra vez. Es el grupo y el individuo, enguerrados siempre más allá de los lazos de la sangre.
Muere el padre, y la viuda convoca a sus tres hijas con sus parejas para estar allí y dar pátina de existencia a las personas y a su presente de realidad. Una cena familiar que va a servir para lanzarlo todo por el aire y para tirarse a la yugular los unos a los otros. Y la cercanía se vuelve una quimera. Porque la construcción de los individuos ha tenido lugar entre unas condiciones absolutamente imposibles e inadecuadas. Y ese pecado original se extiende imparable hacia todos los destinos de futuro.
Y ves a la viuda echando en cara a todos sus errores, y poniéndoles sin miramientos el dedo en el ojo de su verdad. Hay un desnudo brutal y una transgresión que impacta. La tensión frente a la naturalidad se hace creciente y hasta incontenible. Y aunque hay excelentes construcciones de sarcasmos inauditos y humorísticos, solo puede mandar la desazón. Se arrean en sentimientos hasta en el carnet de identidad. A quemarropa, sin concesiones, a la desesperación, soltando una guerra larvada de gritos, insultos y ausencia de respeto. Todo es mal rollo en este dramón folletisnesco y potentísimo, desde una interpretación arrolladora y magistral de todas sus actrices y actores.
Los Oscars de Hollywood tienen una buena cantera y visor en este film de John Wells. Sensacional de nuevo la gran Meryl Streep en el papel de la viuda loca y con cáncer, apastillada, tirana, cruel, y al mismo tiempo líder y majestuosa.
La replica la otrora novia de América , la madura Julia Roberts. Le planta cara a su madre, y trata de hacerle de contrapeso y de pararle los pies. El combate es fuerte y emocional, actual e interpretativo. Exquisito.
Sí. Las actrices y los actores sostienen bien este folletín durísimo. Se constituyen en personajes que rompen la pantalla y que se muestran fantásticos desde la complejidad evidente de sus interpretaciones y actuaciones. ¡Oh, ser actor! ...
Es toda una reivindicación del gran teatro y del actor que se esfuerza y se muestra sobresaliente sobre los argumentos y cometidos. Los actores devoran sus papeles y militan en el imperio del escenario esta vez cinematográfico. Como podía serlo en un afamado y de prestigio teatro inglés, o de cualquiera nacionalidad y quilates.
Después de ver este drama de sentimientos y sin dulzuras, en tu interior se mueven cosas y sales del cine como zarandeándote el interior. Y es que la vida tiene estas cosas. Y el alto voltaje se abraza con la normalidad aparente y cotidiana.
-A VECES, LA VIDA-

sábado, 25 de enero de 2014

- ZINGUS EL EXTRAÑO -



Todavía se sabe demasiado poco de Zingus. Debe andar por los cincuenta años, pero se le ve juvenil e indefinido. Parece extraordinaria la vitalidad y la resistencia de Zingus.
Y eso que es más bien bajito. Pero debió de hacer deporte desde pequeño. Porque su fortaleza es admirable. Mas la gente aún no puede conocer ni tener ni idea de quién demonios es Zingus.
Todo son especulaciones en torno a su figura. Porque parece agradarle demasiado la soledad. Y eso siempre facilita los sambenitos y los juegos exteriores.
El aspecto de Zingus es duro y orgulloso. Es como si le hubiesen hecho mucho daño y fuese por la vida de deudo y de deseoso de ser compensado de alguna manera por tales hipotéticos agravios.
Ni siquiera se conoce demasiado su orientación sexual. Unos dicen que es homosexual, y otro afirman que eso no y que realmente le agradan las señoras.
E incluso aseguran que es un hombre inteligente y cortés, y que cuando menos te lo esperas te suelta una sonrisa hermosísima que te deja descolocado. Porque parece ser que el seriote y extraño Zingus es realmente atractivo a su manera.
Original. En eso suelen coincidir sus próximos. Zingus no es como los demás. Es distinto e imprevisible. Es difícil saber por dónde te va a salir. Igual te suelta un grito rebelde de disconformidad, que te atiende de modo exquisito y escucha amable y atento lo que has de decirle.
Si alguien pudiese conocerle realmente, le hallaría contradictorio. Desconcertante y especial. Porque Zingus parece realmente especial. De modo que ante todas las dudas que surgen sobre él, es mejor dejarle de emitir juicios y limitarse a observar sin apriorismos su conducta y su actitud.
Dicen que a Zingus le abandonó su familia y que siempre fue un niño olvidado al que no le dieron el menor generoso espacio de protagonismo infante. Y que por eso se volvió raro, huraño y extremadamente heterodoxo. Inusual, y con su punto de enigma insondable y heterodoxo. Raro.
Aseguran que Zingus es tan sensible que prefiere ir de duro, pero que no es nada así. Que va de soldado porque ir de ciudadano de la paz le haría sentirse excesivamente vulnerable y expuesto a los caprichos agresivos de los otros. De modo que Zingus va de rudo porque necesita defenderse de quienes nunca se fiará del todo.
Afirman que Zingus lo tuvo todo y que fue un niño superdotado y hasta feliz. Que le gustaba jugar al fútbol, las explicaciones de los profesores del instituto, y que adoraba a las mujeres rubias y extranjeras.
Se rumorea que un día Zingus se escapó al extranjero con una catedrática de Física diez años mayor que él. Que estuvo enamorado y asombrado positivamente de ella hasta las trancas, pero que la belga ciudad natal de la mujer poseía un clima demasiado lluvioso y sin luz para Zingus.
Quizás eso marcó las distancias. Porque Zingus necesitaba la luz del Mediterráneo y de sosiego consigo mismo. Algunos osados dicen que Zingus mató a su amada y que se volvió a España. Y que la policía nunca halló en él indicios o rastros de crimen alguno.
Es el tema. Que Zingus no es comunicativo y hasta un misterio con piernas. Dicen que le gusta juguetear coquetamente con su misterio y que adora que nadie sepa con certeza sus cosas. Que le gusta la ambigüedad, y que en su secreto está el atractivo de su magia personal y hasta de su peculiar carisma.
A Zingus nunca hay que serle directo ni preguntarle cosas claras y agudamente punzantes en dirección a su rostro ni a su mente. Que, lo mejor que hay que hacer con Zingus, es hacerle muchas sonrisas reales y dejarlo estar. Y que sea Zingus quien decida, quien urda, quien acierte o yerre, quien lleve melena o rapado al cero, que cante o ría, que esté serio o exultante, y que sencillamente le dejen ser como él quiera.
-PERO TODO SON RUMORES-

viernes, 24 de enero de 2014

- EL PRESIDENTE DEL BARCELONA DEJA EL CARGO -



El mundo casi paralelo e intocable del fútbol, se ve de repente acercado desde su realidad de opulencia hasta la dimensión de la crítica.
Porque también existen otros poderes que lo pueden vigilar y censurar. O esa es la sana idea que aparece. El juez Pablo Ruz ha visto posibles irregularidades en los millones del traspaso de Neymar del Santos al FC Barcelona, y acusa al presidente azulgrana Sandro Rosell de asuntos poco claros, mientras decide imputarlo en una causa. Rosell reacciona rápido y deja la presidencia. Hace bien. Es su libertad y el paso franco a otras personas. El maquillaje aparente de limpieza, debe renovarse y continuar.
Desde luego, nadie puede negar la casi sacrosanta pátina de intocable que tiene el gran negocio del balón redondo. Porque el fútbol es un tremendo poder fáctico, en el cual grandes empresarios y constructores viven su vanidad y toman relevancia y protagonismo social. Y no digamos un presidente de una máquina colosal de dinero y de impacto como es el Barcelona.
Son grandes, enormes trasatlánticos, que están al alcance de bien pocos. Está el fútbol de quien se saca el pase y va a ver a su equipo los domingos al campo, y el fútbol como gran gestión e inversión en el que solo se mueven los elegidos y poderosos.
Son empresas privadas, a las que se tiene acceso siendo socio. Pero es todo piramidal y de dinero. Manda el dólar, como en toda gran multinacional. Y acceden a la cúspide de la gran montaña, bien pocas e influyentes personas.
Escandaliza éticamente,-y no digamos en medio de la crisis-, las astronómicas y aéticas cifras que se pagan por los jugadores. Una verdadera locura de millones. Lo que pasa, es que como toda pasión es emocionalidad desbocada, nos suele parecer bien. Porque queremos que nuestros equipos sean potentes y que tengan los mejores y más brillantes futbolistas. Queremos ganar. Escaparnos hacia el éxito como fantasía de ocio.
Yo creo que es bueno que el Poder Judicial de vez en cuando le de al fútbol un buen tirón de orejas y le haga ver que también él es vulnerable o puede serlo. Y no es envidia de pobre. Lo que creo que se trata, es de sanidad para algo que en algún tiempo fue deporte puro y riguroso.
El Barcelona y su credibilidad salen a la larga ganando con el "caso Neymar". Siempre es bueno que las dudas se las lleve el viento y que otras personas tomen el mando y el timón.
Hay ciertamente mucha hipocresía. Un gran pulso. Los grandes equipos de fútbol tienen un músculo colosal. Mucha fuerza. Parecen máquinas imparables y sin barreras. Lugares inaccesibles, y hasta en el fondo inexpugnables y esotéricos. Y nos suele importar bien poco la verdad. Hacemos la vista gorda ante lo sucio o lo obsceno en el fútbol, y pasamos la página en busca del glamour de los grandes atletas y de sus goles y hazañas.
Por eso pienso que de vez en cuando un palo es profiláctico y sienta bien. De vez en cuando hay que aterrizar en la realidad de los movimientos subterráneos y dejar de contar a ver cuántas Ligas o Champions se tienen y poseen. A veces viene muy bien darse una tremenda ducha y quitarse los grandes trajes de marca y de tronío. Un despelote con olor a luz es siempre conveniente.
Necesitamos un deporte limpio y real. Caiga quien caiga. Se enfade quien se enfade. Precisamos que de vez en vez alguien se inflitre en los grandes espacios selectos, y cuestione todas las cosas aparentemente impepinables, perfectas y estupendas.
-POR SI ACASO-

jueves, 23 de enero de 2014

- MIS DOS BESOS -



Lo primero. Lo más bonito de mí. Eso es lo que hago todas las mañanas cuando acudo a casa de mi hermano en la cual vive mi madre tesoro. Nunca le faltan mis dos besos. Mi deseo de demostrarle que la quiero.
Sí. Mi madre. Mi pequeña niña, a la vez que mi madre. Mi ser vulnerable que ha vuelto a la infancia y a los olvidos camino de las cosas de su ternura. Ahí está sentada en ese sofá que le compré, porque dice que en la cama aguanta pocas horas y que se ahoga y que mejor en el sofá.
Disfruto de ella y de sus cosas. Es tierna como una niña por las mañanas. Me agrada y conmueve su fragilidad. Me gusta que se tranquilice al verme. Soy como su papá que llega y está. Ese fortachón que la entiende casi sin que me diga nada. Son sus sonidos. Sus gemidos y sus vocecillas las entiendo. Significan cosas. Unas significan que está sufriendo, y otras significan por ejemplo que desea ir al baño. Normalmente se diferencian bien unos sonidos de los otros.
Y entonces me acerco a ella y le hablo a su oído ya bien sordete. Y ella me mira con muchas dudas. Quiere, como siempre, ser la protagonista y la reina eterna del lugar y de todos los lugares. Mueve los pies sobre el suelo. Y luego dice cosas insistentes. Eso significa que quiere wáter.
Comienza mi labor. La incorporo  sobre el sofá y la doy unos suaves masajitos en la espalda. Solo es un contacto, pero también una comunicación. La digo irónicamente que bostece y va y lo hace. Se despereza imitando mi propuesta. Luego, presa de la pereza, se echa hacia atrás de nuevo sobre el sofá. Yo me limito a corregir su posición y le coloco bien los brazos. Le quito una ropas que la protegen del frío mañanero y le pongo la bata. Y tras abrocharla los botones, llega el momento de ponerse de pie. Necesita orinar.
- "No puego", dice ...
Que significa sin dentadura algo así como: "no puedo"... Sí. Tiene miedo de todo. A esas horas mi madre tiene mucho miedo de marearse, o de caerse, o de abrir de nuevo sus ojos, o de vaya usted a saber lo que le pasa por la cabeza a mi bien.
Pero yo le pongo con seguridad mi brazo en la axila. Y al primer o segundo intento, ¡hacia arriba! La apoyo sobre el andador y no la suelto. Y entonces mi madre sigue diciendo "no puego", pero ya camina conmigo hacia el baño. Y al llegar a él, la preparo y la siento en la taza para que haga sus necesidades. Y luego, la vuelvo a poner de pie. Es muy coqueta. Quiere que toda la ropa se la ponga bien y sin prisa incluídos sus mágicos pañales. Todo debe calzarla bien. Se toma su tiempo y yo mi paciencia. Y en seguida estamos los dos camino nuevamente del comedor. Y de nuevo al sofá. A descansar un poquito más, que es pronto.
Llega el momento del desayuno, pero mi mamacita no quiere. No desea levantarse porque ahí se está muy bien. Pero yo insisto e insisto. Hago énfasis en la palabra galleta y en la idea que la propongo de la leche calentita. Mi madre no dice nada pero se resigna a mí. Sabe que es el momento,-uno de los pocos-, de ser muy obediente. Y entonces la vuelvo a poner en pie y la llevo a la silla del comedor. Le pongo la tele, le doy las galletas, y me dispongo a calentarle la leche.
Se la bebe poco a poco. Pero ya se queja menos. Y yo siento la satisfacción de que he hecho lo mínimo que se puede hacer por la mujer que me ha parido. Sacarla del marasmo de Morfeo y devolverla a la vigilia. A su modo, pero a la vigilia. Que se tiene que tomar su medicación, y hacer una vida lo más saludable posible.
Cuando llegan las once, comienza una nueva batalla. Va a salir a la calle al sol del Jardín Botánico. Pero, no quiere. Nunca quiere salir a ningún sitio. Y como ve que no va a salirse con la suya, demora todo lo que puede y hasta me grita y tira insultos. Es igual. Todo es por su bien. Como mis dos besos eternos y amorosos.
-PORQUE ELLA ES MIS DOS BESOS-

miércoles, 22 de enero de 2014

- LA CIUDAD DE ORO -



En ese remoto lugar. En esa aventura que no está en el mapa. Ahí donde parece que solo existe la magia de la ilusión, se afirma positivamente que está sito un lugar especial y siempre inesperado. Como un hechizo o un encanto. Como un exotismo bien difícil de creer.
Porque en esa ciudad todo es y está de de oro. Être d´or, que dirían los franceses. Todo es de oro. El alcalde dirige los destinos de su pueblo y apoya sus brazos en una mesa de dorado metal. Y sus asesores y cercanos tienen bolígrafos dorados, y lápices de esa misma característica y valor. Y las calles son de oro, y los sudores de los niños que juegan en las calles se parecen mucho a una cascada o expresión áurica.
Las mujeres doradas, sus pieles especiales y hasta equívocas, cobrizas y elegantes más que todo, poderosas, y a la vez inevitables y bellas. Los hombres visten ropa tejida con oro maleable y trabajado, y renuncian a otros colores y metales de segundo nivel u orden.
Las casas y las edificaciones son todas de oro. Un sol ilumina permanentemente los exteriores de los lares, y por ese reflejo puede intuírse qué hora es y cuándo queda poco o mucho para que llegue la hora de la nocturnidad.
Mas también los interiores de las casas son sorpresas de oro. Y no es necesario centrarse en las joyas o en la orfebrería. Hay mucho más. Las paredes están hechas de oro, las lámparas son de oro, y el mobiliario triunfa en magna suntuosidad dorada.
Porque no parece existir en esta ciudad del oro la vanidad o la contención. Ahí reina el metal grande por excelencia y a pesar de todas las voluntades y de los deseos. Los maledicentes hablarían de una suerte de fatalidad de oro que todo lo domina y posee. Que, están condenados a su oro puro y a someterse a los destinos aúricos del azaroso poder que invade y secuestra de otras opciones a la ciudad singular.
Animales de oro, plantas de oro, doradas las montañas y también los valles. Y por supuesto los fluídos y los besos. Porque los besos son de oro. De hecho, siempre y en todo lugar lo son cuando son reales. Aquí, los labios de los enamorados son dorados, y los deseos tienen ese mismo afán, y el juntar las bocas en el amor suena a magia de oro. Y dicen que la impronta y el todo de oro se unen en un solo paradigma embriagador y ubérrimo.
Las sacerdotisas de oro, así como los atletas y los albañiles, y las nubes tienen color a ocaso y amanecer. Y los árboles dan frutos de oro, y el sabor es oro puro, y el placer queda dominado por el oro intenso y casi de fuego.
El rubor es de oro así como las lágrimas, y hasta los gestos y los movimientos son dorados. El dolor también es de oro, y la sangre nunca es roja ni azul sino que lleva pepitas en vez de leucocitos o hematíes. Y los doctores llevan batas doradas y los danzarines se maquillan y juegan con el oro que crean desde sus coreografías porque dicho oro es su dios y su gran señor. ¿Su tirano? ...
Risas de oro. En esta ciudad que parece imposible imaginar siquiera, las risas suenan a excelso sonido superior. Y los niños lloran oro al nacer, y sus madres sonríen al parirles con esa misma sonrisa convencida y dorada.
También la muerte. Porque las muertes están en el oro y en la asunción y gran consenso de que al otro lado de la vida hay un cielo y hasta un infierno dorados. Y el bien y el mal son de oro, y hasta la democracia es de oro, y los campos de labor son esforzados y dorados, y de tal color y metal sus cárceles y castigos.
El más allá es de oro y también el pensamiento. Porque allí nada que no sea el oro tiene cabida. Y quien apuesta por otros metales y cromatismos es castigado cruelmente a no vivir en el oro sino en la más deleznable miseria que parece antitética y fuera de cabida. Si algún día te encuentras con esta ciudad, solo tú podrás decidir si también es de oro tu libertad.
-Y ME LO CUENTAS-

martes, 21 de enero de 2014

- HAY EMOCIÓN POR ARRIBA EN LA LIGA ESPAÑOLA -



Este año la cosa va de tres. Tras otras campañas aburridísimas en la desequilibrada Liga de Fútbol española, el invierno aguanta fuerte con tres equipos que aspiran a llevarse el torneo de la regularidad. Son, naturalmente, el Real Madrid, el Barcelona, y el Atlético de Madrid.
Es de celebrar la aparición de la emoción en una competición plana y sin sorpresas. Pueden haber más partidos de interés auténtico, y eso genera más expectación y reparte las reales opciones y alegrías.
El Real de Carlo Ancelotti se acerca desde atrás y ya llega a la estela del Barcelona y Atlético. No dice adiós a nada, y tiene en su fuerza de bloque y en su pegada bombardera la solidez de sus opciones intactas de continuidad. Su juego se discute y no convence. No se sabe muy bien a qué juega y no tiene vistosidad, pero no decae y se lleva los partidos con una contundencia bárbara. Su líder, el gran Cristiano Ronaldo, tira de un equipo peleón y tenaz. Busca y busca hasta llegar ya arriba. Es seguramente ahora quien muestra más solidez y progresión.
Barça y Atlético encabezan las tabla, y a pesar de altibajos y dudas rehacen con calidad y con orden algunas de sus deficiencias. En el caso del Barcelona se juntan algunos factores adversos que pasan por los años que tiene ya su gran director Xavi Hernández, que es el gran líder del equipo catalán, así como el de la Selección. Y esa falta de energía de dirección, siempre se hace notar. Porque Xavi hace jugar con naturalidad a todos sus demás compañeros. Su lógico cansancio repercute en la frescura del fútbol general. El único capaz de mandar en ese centro mágico del campo y hacerlo racional y consistente, es él. Todas los demás grandes figuras, no están dotadas para esa función. Xavi es Xavi y solo hay uno.
A esa noticia de la fecha de caducidad de un colosal jugador de visión del juego y de manija, se incorpora ahora la vuelta del as Messi, que a pesar de su enorme voracidad y peligro en el área, muestra la falta de ritmo de competición tras su tiempo de lesión. Pero como el Barça es ahora mucho la carne goleadora del crack Leonel, debe esperar a que los goles del sucesor de Maradona estabilicen sus activos. Mas no obstante todo lo anterior, es meritorio que sigan encabezando la clasificación a pesar de su flaqueza defensiva, de los altibajos, y demostrando que siguen siendo un equipo formidable y siempre top.
El Atlético de Simeone, tiende a dudar. Aguanta también haciendo la goma, parece que el músculo fresco se ralentiza y el pico de forma hiverna, y la dependencia de su estrella Costa es patente. Si el gobernador hispano-brasileiro no culmina, entonces todo parece generar más dificultad en un equipo limitado técnicamente pero con un orden y una disposición clara en el campo que llama realmente la atención.
En este trunvirato de líderes, la calidad y los desgastes en la Champions League-, donde están las tres escuadras-, marcará puntos de claridad y de inflexión. Este año también cuenta y tiene color la Copa del Rey. Y éso, unido a las otras dos grandes competiciones, marcará los éxitos y los fracasos.
Esperamos pues la llegada de la primavera futbolística con la posibilidad de la diversidad. Muchos choques entre sí, habrá que esperar finos y hacer rotaciones, y esto siempre aguardará en el espectador la sensación de que tienen que pasar muchas cosas y bien emocionantes.
Pase lo que pase esta temporada, la lectura parece clara aunque pueda sonar a utopía. El fútbol está mucho mejor y más vivo cuando hay más equipos que suben arriba y que pueden desafiar a los intocables o consumados. Ésto, suma para el fútbol español, y da opciones de proyección a futbolistas que aparecían como anodinos o atrapados en barreras infranqueables. Cuantas mas opciones a repartir, todos salen ganando más. Esta nueva rivalidad alegra y enriquece, es buena para el fútbol español, para los jugadores, para los espectadores y para todo ese loco y emocional atractivo que da nuestro patrio y redondo balón.
-EMOCIONES ESPERAN-

lunes, 20 de enero de 2014

- CINE: "SOBRAN LAS PALABRAS". -


Excelente película de autenticidad. La vida y lo cotidiano como motores de verdad y de atractivo. Es lo mejor de este film que se parece ciertamente a la realidad de las personas que andan por los cincuenta y que siguen hacia adelante activos e inevitables hacia sus tiempos y avatares de sus vidas.
La protagonista, Eva,-encarnada por la atractiva actriz Julia Louis-Dreyfuss-, es una mujer divorciada que trabaja de masajista y cuya hija debe partir ya camino de su crecer hacia la Universidad de otra ciudad. Y ese síndrome del nido vacío, ataca bastante. Y Eva se vuelca siempre animosa y con ojos vivarachos y atractivos hacia una labor cotidiana preciosa y necesaria. A un ritmo rápido y lleno de actualidad. El día a día.
Cerrada al amor, encuentra finalmente lugares próximos y hasta cercanos al afecto. No quiere sentirse más sola de lo que está. Y al principio prefiere no tomarse las cosas demasiado en serio, y se deja llevar por una inercia que le es segura y conocida.
Vivir no es fracasar ni triunfar en exceso, ni risotadas quedabién, ni cortesías epatantes y hasta excesivas. Vivir a esas edades es ser coherente y tener un muchito de miedo y de arrojo a un tiempo. Porque las hijas de la deliciosa y eternamente juvenil protagonista se desarrollan imparables. Y se hacen mujercitas que ya no piensan en exceso en ser protegidas, y saben que deben volar mientras sus cuerpos se desarrollan hacia el paso franco de sus personalidades que van construyéndose y teniendo lugar.
Se van los suyos. Y la dinámica actual da pocos tiempos de ocio y bastantes pocos amigos. La soledad se lanza desde unos amigos hacia una fiesta y aborda a una bella mujer para pretender justificarse ante sí misma y los demás, pretendiendo decirse que ya los hombres no la pueden interesar y que es absurdo eso del amor a su edad, piensa Eva.
Pero ahí conoce a Albert,-el malogrado actor James Gandolfini que falleció tras el rodaje-, y la protagonista se sorprende positivamente. Y aquí empieza a lanzar sus recelos y sus miedos entre su coquetería, su bienestar y su encanto personal.
Albert es un hombretón grande y con obesidad, pero que parece mostrar tranquilidad y buenos sentimientos. No. No es guapo como ella creía que habría de ser el hombre que de nuevo pudiera tocarle el corazón. Porque Albert tiene defectos y tal, pero también muchas virtudes. Y entonces surge el sentimiento de la cercanía y de la bella sorpresa. Se puede ser feliz ...
Una de las clientas de Eva resulta ser la ex de Albert, la cual le menosprecia y pone a parir. Y la masajista deliciosa y prota, se para demasiado a hacerse la longuis para que le vomite su rechazo y sus defectos. Su inseguridad la hace pensar en fallos y en la busca de los puntos débiles de su amor Albert. Quiere Eva asegurarse de todas las cosas.
Finalmente, vuelve a imponerse la realidad. Albert la descubre y hace bien en enfadarse con ella. No ha querido lanzarse de cabeza al riesgo, que es lo que suele pasar cuando necesitas autoprotegerte. Y entonces vienen los sentimientos reales y sin maquillaje, y te das cuenta de lo que puedes perder si te pones irreal y negativo. Porque la vida es una apuesta permanente y lúcida, ante los riesgos y los avatares.
En efecto, muchas veces es el silencio y sobran las palabras. Y te dejas llevar por la autenticidad, y por los sentimientos más verdaderos y por las emociones más sinceras. El silencio acorta las frases defensivas y estratégicamente construídas y te pega de frente contig@ mism@ y con tu modo de encajar y de sentir las cosas.
Al final, si hay verdad, siempre puedes recoger la autenticidad  y hacer puzle consecuente. Y abrazar y retomar la vida en medio de ese pequeño dios de las cosas cotidianas y del que no se debe prescindir.
-FILM REAL Y ENTRETENIDO-

domingo, 19 de enero de 2014

- LAS COSAS DE CARLOS: ¡ HOLLANDE, MON AMOUR ! -



¡El amor! Qué enigma. Es que te hace poeta, y te llenas de ninfas extrañas, esotéricas, reales y hasta inopinadas. Oye, que te hace crecerte en la creación y en la felicidad. Bon jour. Buenos días. Que nadie se asuste. Porque soy vuestro amigo el Carlos. Modestamente siempre. El amor de mi Lourdes, que ahora está haciéndose las uñas. Y cuando mi Lourdes se hace las uñas, los demás,-incluído quien os escribe-, no existen. Porque mi Lourdes también es el amor.
Yo quería hablar hoy de Francia y de su monsieur presidente. Pero, por encima de todo, del invierno amor. Porque el invierno amor tampoco conoce de barreras ni de leyes previstas. ¡Non! El rey amor es libre y loco, y atrevido, y magno, e irresistible y siempre genial.
Estoy muy de acuerdo con la erótica del poder. Eso de tener gustito estando ahí arriba es normal. Entra dentro de lo que entendemos como posible y que puede pasar. Pero también está claro que el señor Hollande no es ni Leonardo di Caprio ni Clint Eastwood, por poner dos generaciones diferentes y para que se entienda la idea.
Hollande, parece sorprendente y sorprendido. Dicen que ya no hace nada de políticas de izquierda y que ha virado el rumbo del barco. Pero ahora se impone la potente y hasta fisgona actualidad. ¿Quién podía imaginar que este señor de apariencia tan poco excitante para la imagen, pudiera tener el éxito entre las chicas que tiene? Pero si tiene cara de neutral, de blanco, de previsible, de estar todo ya ahí en la cara, de nada de glamour, y de todo lo que es un bibliotecario sin mayores anhelos. Pero ...
¡No y no! Con el amor no se puede. Este hombre es un máquina que liga más que un superclase de las relaciones humanas. Por eso nunca hay que esforzarse por entender a ese farolillo de fiesta que es el amor y la comunicación con las chavalas. Da igual todito ...
Una colección de amor es lo que lleva en ristre la magia amorosa de Hollande, y que nadie pregunte nada. Son hechos y habas contadas. El que puede, puede. Y todos los demás a callar y a envidiar. ¡Qué demonios! ...
Primero se casó con Ségolène Royal, que fuera lideresa del socialismo francés, alta y bien guapa. Se separó y tuvo una pareja muy bella que se llama Trieweler o algo así alemán, y la tenía tan enamoradiza se ve, que cuando la pobre se enteró de que se le fugaba para irse a ver a la actriz Julie Gayet, le cogió un malestar y un sufrimiento dicen que de los que solo pica cuando el amor se estremece de adversidad fou.
Reconozco por mi forma de escribir, que no parezco el Carlos ese que escribe aquí en el blog del mago de vez en cuando. Y lo que pasa es que estoy hasta imbuído del amor y de las hazañas. Porque Hollande es un fiera, y yo me pregunto qué hay que hacer para tener esas facultades tan evidentes como portentosas ...
¿Dinero? Eso es lo que me dice mi Lourdes enarcando las cejas. Como queriéndome decir que un hombre así no liga. Pero, cabe preguntarse quizás si me pongo frivolón, que cuál puede ser el activo amatorio más destacado del monsieur rey francés de las alturas. ¡Oh, la, la, la! ...
¿El físico que se ve? Descartado. Lo que debe tener es algo que siempre tendrá el ciudadano medio. Porque Hollande tiene cara de ciudadano medio aunque sea el jefe de los franceses. Debe tener todo lo que puede desear una mujer. Que la mimen, una más que prolongada y excitante conversación, una ternura, un savoir faire, un encanto, y quién sabe si bajo sus ropas tiene una intimidad de atleta erótico.
Yo, modestamente, no soy malo en el amor. Me defiendo como gato panza arriba pero salgo bien airoso. Por eso es que mi Lourdes y yo nos queremos. Y llevamos toda la vida juntos. Y muchos más que seguiremos. Ahí está bien guapa mi Lourdes y sonriéndome.
- ¿NO ES MARAVILLOSO? -

sábado, 18 de enero de 2014

- VANETTA -



Era rubia y señorial. Tenía presencia y conservaba buena parte de su antigua belleza. Decía llamarse Vanetta, ser del Este europeo, y aparecía ante mí como una persona seria y concentrada en las lecturas de los libros que se traía al parque en donde coincidíamos. Gafas, silencio y lectura.
Descubrir la verdad de la madura Vanetta no podía ser fácil a la vista de su porte casi hierático y distante. Lo que pasa es que ella estaba demasiado sola en mi país. Y aunque no echaba de menos demasiado su casa de los Cárpatos, estar sola y como desplazada nunca termina de llenar como opción.
Un día no sé cómo ni porqué abordé a Vanetta. Quizás fuese la seducción de un cabello demasiado rubio y coqueto. Y ella me miraba al principio con agudeza y atención. Y también con curiosidad. Y yo descubrí que le gustaba que la hablara, que era educada, y que si tenía que dejar de leer sus libros para soltar de nuevo en mi empatía su sonrisa real parece que ya olvidada, Vanetta dejaba de leer y sacaba su femenina coquetería.
Luego, me hablaba de su familia y de los suyos, de su viudedad, de que el pasado la había dejado demasiado tocada, y que prefería el vivir cada día con una nueva esperanza construída y sin pensar demasiado las cosas.
Impecable discurso hasta defensivo y cortés el de Vanetta. Pero me sorprendió que tras su experiencia de dama segura, se escondiera un atisbo de frivolidad y quizás de escaso misterio. Sí. Contradictoria, Vanetta. Podía hablar y hablar durante mucho tiempo, para no decir cosas demasiado trascendentes. Era un verbo anodino.
A mí me halagó su aceptación y más cuando quiso que nos intercambiáramos los teléfonos. Ella sonrió como una chica juguetona, y nos mandamos algunos mensajes cómplices. Creo que jugábamos a un deseo libre. Pero yo nunca sabía que Vanetta tenía demasiados miedos. El más grande, a enamorarse nuevamente. Por eso descubrí que la señora madura también podía ser una barbie bella y sensual. Siempre sería sensual ...
Me decía que yo era una buena persona, y me aceptaba la cercanía física. Le gustaba aproximar el cuerpo al mío, y que yo la dijera piropos y hasta delicadas lindezas íntimas y cómplices. Sí. Le gustaba todo ese juego preliminar y casi de playa adolescente. Y el sol de mi país, y todo el calor, y su desinhibición para captarme el deseo. Vanetta no parecía tener demasiados prejuicios en cosas del afecto, y se mostraba cariñosa y cordial.
Lo que sucede es que su cabeza estaba en otro lugar. Quizás, en muchos. Era mujer y libre, quería agradarme, agradarme mucho, hacerme ficción con su curvo cuerpo, y toda la facilidad aparente y física. Pero ...
Una niña grande. Eso era Vanetta. Una niña a la que le faltaba la iniciativa de un varón al que deseaba tener y con el que soñaba estar. Recuerdo que no comprendía del todo bien mis picardías e ironías, y al decirle un día que nunca yo le había visto las rodillas dado que siempre llevaba pantalones, Vanetta hizo amagos claros de subirse las perneras para así mostrarme sin pudor y hasta delante de mucha gente su belleza en tal  zona de su cuerpo. Porque era generosa y caliente, complaciente, y un tanto reprimida. Necesitaba mostrarse de nuevo mujer sexy y real, capaz de estimular de nuevo a otros hombres, e intentando en ella arrancarse el peso de su pasado y de su viudez.
Pero siempre era inconclusa. Cuando estaba a punto de mostrarme su piel, se revolvía contra sí misma y se daba cuenta de su audacia excesiva. Y, lo dejaba.
Finalmente, noté que se contenía mucho a sí misma. Aún no parecía preparada para abrir su realidad y su corazón. Prefería ser niña ligera a mujer plena. Apostaba por una pose de mujer juguetona y superficial, en perjuicio de ella misma. Y se cansaba de todo. Pasaba páginas al azar y con velocidad.
Vanetta buscaba dentro de su reflexión autovedada un tiempo de aventuras rápidas y de sonrisas atractivas. Por eso dejé de llamarla, y espacié los tiempos. No me ofrecía novedades, y eludía las propuestas y los compromisos decididos. Simplemente, jugaba a no ser del todo ella. A gustar, a sonreír como una adolescente mayor, a ser cortés y educada, y a reír en mi juego de seducción. De modo que como todo lo fugaz e inconsistente, se fue apagando. Y un día dejé de verla. Quizás nunca decidió mostrarse y nunca estuvo.
-ES MÁS QUE SÍ-

viernes, 17 de enero de 2014

- AYER ME PEGÓ POR PRIMERA VEZ -



No me lo termino de creer. Nada, casi. Ni que ayer Enrique me levantara la mano y me diera un bofetón, ni que hace varias semanas que me grita.
¡Oh, Enrique! ¿Enrique?, ¿mi marido con el que hace un mes me he casado y por vez primera?, ¿Enrique?, ¿esto puede estar pasándome a mí? ...
Complicidad y felicidad. Esto es lo que había entre Enrique y yo. Confianza, afecto, amor, vitalidad, sexo, proyectos, estabilidad, viajes, alegría, libertad, secretos inconfesabilísimos, más complicidad, nuestras travesuras de niños eternos, nuestros besos apasionados, y nuestra coincidencia prácticamente plena en todo lo más importante. Éramos una sola cosa ...
¿Gritarme una vez? Bien. Pueden ser cosas de su trabajo que está en vilo y que le pueden echar, y que le han recortado el sueldo, y que le hacen trabajar más horas que un reloj, y que le dejan con poco tiempo para descansar, y que no está a gusto, y que yo tengo un trabajo un poco más estable que él, y que todo lo que sea y tal ...
¿Gritarme más veces? Éso sí que confieso que me sorprendió. No se lo dije. Simplemente, le miré. Él sabe lo que significan mis miradas, y que todo se lo he dado, y que le he comprendido, y que le he aceptado, y que he llorado por mí y por él, y que he llegado a mentir por él y para favorecerle, y que siempre le he defendido porque siempre me ha parecido maravilloso y la cosa más increíble que me ha pasado en mis treinta años de vida que tengo.
Me enfadé. ¿Gritarme una y otra vez por cosas menores y vacuas?, ¿por tontadas que tenían consenso si se charlaba bien y cedíamos los dos? Porque yo a él nunca le he gritado. He podido no estar de acuerdo con Enrique, pero le he contado siempre el porqué. Le he dicho siempre que podía estar equivocado y que solo era mi forma personal de ver las cosas. Oye, mi opinión solo. Y yo nunca le hubiera gritado jamás a alguien que quiero ...
Pero, lo de ayer ... El bofetón fue una decepción y un adiós. Porque mi Enrique no es. Este oso no mira que me puede hacer daño. Éste, se ha ido ya muy lejos. Porque era risible ver cómo se me arrodilló a los pies, y cómo me suplicaba que le perdonara al verme con el ojo afectado del golpe. Pero no es el golpe físico el que lo ha roto todo ...
Lo he visto en la tele. Ya van creo que cinco mujeres muertas a manos de sus parejas, y eso que acaba de empezar el año. Y yo no quiero ser la siguiente. Porque Enrique es muy fuerte y es hombre, y un día me dará otra vez sin querer o como sea y me hará demasiado daño. No me quiere ...
Sí. Sé que estoy llorando, que él se ha ido a su casa de soltero a meditar dice, y que todo es una nebulosa inesperada porque está demasiado reciente. Pero sé que ya no está su amor. Se fue como vino. No me lo puedo creer todavía porque yo sigo queriendo a ese maravilloso bestia peligroso, y me duele todo mi corazón sincero ...
¿Denunciarle por malos tratos? ¡Uffff! Encima denunciarle por malos tratos ... Encima de que toda la magia se ha roto, ahora habrá que pasar al triste y postrero capítulo del mal rollo. Y empezará la película de policías, y comisarías, y abogados, y vendettas, y rencores, y todo el rosario de las acusaciones ... ¡Dios! ¿Te parece bien la gran cagada, Enrique? ...
¡¡Adiós, Enrique!! Me iré de nuestra casa que solo fue una rota ilusión, porque no te he conocido nunca de verdad. Volveré con mis padres y me rodearé de mi familia y de mis amigos. Porque quiero vivir y que no me mates o me dejes o me desgracies en una silla de ruedas para toda la vida, o me rompas un órgano vital. Ve a saber ...
Es normal que me lamente. Y ante mil millones de lágrimas mi hermana me va a acompañar a la comisaría, y estaremos juntos los que verdaderamente me quieren y me respetan bien atentos a sus movimientos. Está herido y es peligroso. Se acabó el amor pero no mi vida. He podido contar mi decepción y mi dolor. E intuyo femeninamente que ya es un algo en medio de la noche de un adiós. Enrique puede hacerme mucho más daño del que yo le creo capaz. Quiero y aspiro con él a ser de hielo.
¡A DEFENDERME!

jueves, 16 de enero de 2014

- VICENTE FERRER Y EL AMOR A LOS DEMÁS -



El otro día le vi en la tele en una de esas series que recrean su vida. Siempre he considerado que Vicente Ferrer fue un hombre santo, en el sentido más humano y laico del término. Era muy difícil entender a un hombre así y con la grandeza de su corazón. Estuvo por encima de cualquier ética religiosista, e incluso renunció a ser jesuíta como estrategia para que le dejasen ayudar a los demás. Se fue a uno de los lugares más pobres y abandonados del planeta, e ideó proyectos y más proyectos de mejoras y desarrollo de la gente más necesitada. Marchó dejando su España, su Europa desarollada y su Cataluña, camino de la India y concretamente a la comunidad de Anantapur. Allí desarrolló la grandeza efectiva e inteligente de un corazón humano y mágico que no le cabía adentro. Creó infraestructuras y esperanza, donde olía a derrota y tristeza.
No solo era muy difícil comprender en la India y en aquellos momentos al gran Vicente Ferrer. Hoy en día es igualmente difícil y complicado. Porque desgraciadamente, el mundo no camina por esa senda de la solidaridad. Y Vicente Ferrer hacía el bien sin desear nada a cambio. Lo hacía, porque le salía de bien adentro. Fue realmente un ángel y un regalo que tuvimos un tiempo entre nosotros. Pero se nos hace muy cuesta arriba recoger el ejemplo desinteresado de su amor y de su solidaridad. Es verdad. O, así lo pienso.
Vicente Ferrer se enfrentó a todos los sentimientos y a todas las dudas inevitables. ¿Tan bueno podía ser un extranjero y por conocer?, ¿seguro que solo pretendía hacer el bien?, ¿no escondía bajo su halo santo intereses espúreos?, ¿cómo podía ser posible darlo todo sin pensar en recibir compensación por ello?, ¿estaría mal de la cabeza? ...
Esas dudas pivotaron sobre su colosal figura, como recelo de los síntomas de nuestro tiempo. Un tiempo de desconfianzas, de luchas tribales, de defensa acérrima de los localismos, o del avance imparable de los mercaderes privatizadores neoliberales. Todo en contra de su pensar amoroso y sublime.
Lo de Vicente Ferrer con el tiempo de hoy fue un suave choque frontal y abismal. ¿Amor en los tiempos de la globalización, en la cual se abren todavía más las distancias entre las clases ricas y las pobres? No puede ser más que una afortunada y sensacional utopía la idea humana de Ferrer. Qué distinto todo. Qué diferente sería para todos si pensáramos solo un poquito como él lo hizo.
Vicente Ferrer desarrolló la idea de que otro mundo, luchando y sin pedir nada a cambio en el amor, es posible. Amar a los que poco o nada tienen. Qué difícil es ser Vicente Ferrer. Dejarlo todo con una convicción aplastante, y decidir amar y darlo todo a los que nada tienen. Ayudar a los demás. Dedicar toda su vida a hacer por los otros. ¡Asombroso! ...
En tiempos de crisis, de paro, de politiqueos interesados, de corrupción, de desaparición paulatina de las clases medias, de la desprotección económica y sanitaria de los ciudadanos, del dominio y dictadura de los poderes financieros y bancarios, qué poca parece la mano de un hombre que diga no a todas esas cosas. Ser tan grande parecería mentira ...
Ahora, y cuando España y tantos países son un hervidero de recortes y de desprotección, cuando no se les da un futuro a nuestros jóvenes, o cuando los hospitales aparecen hacinados y nuestros ancianos fallecen entre la indiferencia del poder, veo a Vicente Ferrer y le quiero todavía más. Me doy cuenta de que hay que ser demasiado modesto y colosal para tener ese coriáceo cerebro de cariño hacia quien sufre realmente. Hacia quien más sufre.
A mí, José Vicente Ortí, que ésto firma, me gustaría que hubiesen muchos Vicentes Ferrer sobre la Tierra. Me gustaría que la gente no fuera tan egoísta y acaparadora. Que repartieran el dinero haciéndolo social, y que no fueran tan indiferentes e individualistas.
¡Qué lujo fue tener entre nosotros a este ser especial! Y cuando me entra el lógico indignado que he de llevar dentro en estos tiempos de obscenidad y malestar social, pensar en Vicente es un gran consuelo. Él marcó una senda y un camino escarpado y de muy difícil acceso. Pero senda sin duda obligada y necesaria.
-BÁSICA PARA TOD@S-

miércoles, 15 de enero de 2014

- NADIE SABE LO DE LOTHAR -



Hace ya algunos meses que le sucede a Lothar. Su transformación es sorprendente, extraña y horripilante. Nadie puede sospechar que este hombre de negocios suizo que posee una fortuna, sufra al llegar la noche una mutación radical y aparentemente imposible.
Por eso el mundo de Lothar se ha vuelto impostura. Porque ha de defenderse, cubrir las apariencias, y que nunca se sepa toda su maldita verdad. Porque eso le parece a Lothar que es lo que le sucede. Una sorprendente maldición.
Por la mañana al levantar se mira en el espejo, y al parecer toda la normalidad que se espera está en él. Se prepara, se lava, se huele, se limpia, se escruta por si acaso hay mácula o rastro de la noche anterior, se pone una colonia cara y a la vez usual, y su ascensor le lleva a su Mercedes Benz. Y una vez dentro del auto, sigue comprobando su normalidad, y cuando llega a su empresa nadie puede alimentar ni la más vana sorpresa.
El día es el aliado de Lothar. En esas horas de luz y actividad, el moderno empresario se muestra abierto y sociable, aglutinador e impulsor de grupos, agrada a las bellas señoras que se preguntan el porqué de su soltería cuando aquel hombre lo tiene todo para no estar así, y la sonrisa de Lothar Mens es una invitación al sosiego, a la risa y a toda la afabilidad. Bien pocos enemigos posee, y la mayor parte de la gente tiene una excelente idea de él.
Mas Lothar vive bien demasiado atormentado. Porque a las cinco o a las séis de la tarde, ya es de noche. Toda la actividad profesional se adormece y cede, y entonces el hombre,-que es todavía joven-, decide que es tiempo para volver a su casa y hacer ocio y descanso. Pero esa idea no puede dejar de ser una quimera irrealizable.
Le pasa algo paulatino y que no es mental, sino evidente y real. Cuando sale de la ducha, empieza a notar cómo se agita su respiración y su cuerpo celular e integral parece enloquecer. Y cual película de ficción, la superficie de su piel se enerva y le aparece una asquerosa y potente vellosidad. Se llena de pelo, y atrás queda su piel humana y esperada. En ese momento, Lothar se afana en encerrar a su gato Fiss en una habitación. El felino, corre real peligro. Y como le adora, le protege y le pone a salvo. Podría matarlo sin querer.
Lothar ya no habla. Algo que no es humano le abarca y transporta. Su piel es la de un lobo con forma humana. Tira toda la ropa para no pasar calor, y apaga todas las estufas. Y prende solo las luces interiores necesarias para no tropezar. Aunque sin luz se ve prácticamente igual que con ella. Y su mentón se torna prominente, y sus caninos le duelen hasta erguirse hacia afuera desafiantes y con ganas de lid. Porque ahora Lothar Mens es en realidad un lobo. Una fiera sin sentimientos que ama la maldad y que adora todas las fases de la luna.
Y se tira sobre el suelo de su gran casa y devora toda la carne que previamente compró en el mercado. Y su pulsión sexual se torna descontrolada y animal. Su líbido sube hasta extremos inimaginables y el hombre lobo pone toda su fuerza en contener una pérfida y desequilibrada agresividad. Antes, ha cerrado sus puertas y sus ventanas. Se ha blindado a sí mismo en medio de su extraña desgracia, y se ha resignado a este cambio radical. Sabe que puede hacerle sangre a cualquiera.
Además, en su cabeza hay demasiadas reacciones químicas inesperadas. No puede pensar con el sapiens de un humano, y sus ideas son asilvestradas y ausente totalmente la compasión y el desarrollo de la refinada ternura que le divide de las fieras y que puede durante la luz del día hacerle dulce y hasta normal.
Afortunadamente, la licantropía de Lothar,-completamente desapercibida para los demás-, ha sido un triste pasado cuando despierta. Ni un solo vello de más y ni un solo pensamiento de bestia depredadora. Y entonces Lothar sonríe por adentro y vela su secreto. Despierta, y vive el imperio del día. Y no quiere pensar demasiado en su noche.
-EN SU ALTER EGO-

martes, 14 de enero de 2014

- JESÚS CINTORA EN LAS MAÑANAS DE "CUATRO" -



Joven periodista y presentador de su espacio político y de actualidad. Temas serios, pero sin perder nunca de vista la sonrisa. Esa es la idea y el porte de Jesús Cintora en su tertulia diaria. Y la clave de su éxito y proyección. Periodismo actual y con ideología que no disimula. Porque Jesús es de izquierdas y habla sobre sus ideas y su enfoque del mundo que tiene lugar y que le rodea.
Atractivo y de hoy. Tenaz y contumaz. Sin dejarse los temas en el tintero y practicando el combate ante lo que quiere. Rebelde y claro, con lenguaje que llega y en el que cree, manteniendo el punch en todo lo alto inasequible al desaliento.
Se rodea de excelentes periodistas a los que exige que participen y se mojen claramente en medio de sus posiciones. Predomina el tertuliano de izquierdas porque Jesús lo es, pero sabe que en democracia todos los discursos tienen cabida.
Matiza y corta, golpea de cerca y con agudeza, y su sinceridad parece a veces populismo. Pero no lo es. Es su verdad y su coraje, y emplea la ventana catódica del periodismo como elemento claro de protesta y de inconformismo. De denuncia. De poner el micrófono y el foco en donde está la sal y el riesgo. Repasa la actualidad con compromiso y hasta con entusiasmo. Se le nota que ama su profesión.
Jesús Cintora sabe el mundo que nos han preparado los señores del Poder y la miseria social que se trata de imponer desde dichas élites. Y entonces se va a la calle y pregunta a la gente sobre sus sentimientos ante los sucederes. La tele es impacto y castaña, pero también espectáculo y entretenimiento. Y una forma de entretenerse es alcanzar lo cotidiano y sin bajar los brazos. Para éllo, formula cada mediodía el recurrente y ágil tiempo de observar y ofrecer las noticias sin ambages ni demasiadas concesiones. El mundo está así y habrá pues que decantarse. Mostrarse.
Se hace fuerte Cintora en su discurso, pero se contiene y aguarda con una sonrisa entre pícara e incisiva la excusa fofa o evasiva de quienes creen realmente que las cosas que nos preparan Rajoy y los suyos son buenas para la gran substancia social. Les pregunta entre datos y realidades si todo queda bien así.
Pero Jesús sabe que la vida es mucho más que un encono o una pugna encarnizada. Y combate su juventud y su compromiso  tratando de no meter dramas y de ser lo más aséptico que sus ideas le dejan. Es como una especie de anti "tea party" particular y español, rebelde ante lo que se da por sentado o derrotado. Nada de resignaciones.
Y apela a quienes hablan claro y se les entienda todo aunque pueda no compartirse. Lo que quiere Cintora es claridad, venga de donde venga. No gusta de lo hueco o farragoso, del discurso interminable, o de niebla que se enmaraña caprichosamente en busca de lo disperso y hasta interesado. El periodismo y la actitud de Cintora no va por ahí y no le gusta éso.
Jesús Cintora prefiere todo abierto y alto, trata de interrumpir cuando las cosas no las ve claras, e interpela en la corta distancia aunque sea jugándose la crítica desfavorable. Le da igual. Lo que le merece es que se menee la palmera o que las cosas no tengan que tomar la deriva de lo irremediable. Por eso la tensión en sus tertulias será desenfadada y audaz. Porque sabe que pasar desapercibido o anodino es todo un fracaso profesional e inadecuado.
De momento, le dejan estar en la "Cuatro" haciendo ese periodismo que le agrada y que le critican. Pero siempre es sano y saludable el buen ruído y la buena sangre de la vitalidad. Su juventud también puede jugarle buenas pasadas. Su tenacidad puede ser creativa e interesante, y sumar mucho. Tiene valentía y tranquilidad. Y su sonrisa le acompaña con fuerza y cercanía. Y en tiempos lentos y predecibles, Jesús Cintora sale y corta, impone su ritmo y se rehace y renueva constante ante su micrófono. Y eso es muy sano.
-PERIODISTA REVELACIÓN-