domingo, 28 de febrero de 2016

- EL EXTRAÑO CAMPEÓN -



Dominador, elegante, genial, poderoso, discreto y magno. Músculos más de gen que de gimnasio, potencia justa y puntería de gran maestro.
Triunfador y excelso, consensuador de opiniones de versados, e indiscutible ídolo de masas enfervorizadas porque gana siempre. Un seguro de vida sobre el ring, y un desmoralizador contumaz de sus siempre entusiastas rivales que pronto aspiran a no caer a la lona en los primeros rounds.
Pero, Vixens Jans, no es un campeón al uso porque hace cosas raras. Sí. Está serio y es frío. Parece que el oropel no le interesa, o que quizás no valora la felicidad de su importancia. Vixens es un enigma pétreo y definitivo.
Desconcierta. Lo tiene todo. Dinero y posición, facultades y hasta belleza física. Pero parece haber en su interior algún regusto no digerido que quedó como marca menos mediática.
Muy serio, Vixens. Porque sube al ring y es correcto. Y no hace excesivos aspavientos salvo que el locutor decida gritar su nombre o que las circunstancias le empujen a ser un poquito más cortés.
Vixens se prepara bien en el centro del cuadrilátero, y entonces mira muy fijamente a sus rivales. Les tantea, les observa, les normaliza y les alcanza sus ritmos y movimientos ofensivos y de ataque. Les estudia y les decide cuando ha de llegar su hora.
No mueve un solo músculo de la cara, y sus ojos son los de un pasmado que apenas pestañea. Asiste a la pelea, acude, pero hace trámites y nunca se jacta del gran festín del show. Lo hace todo bien, pero parece cansino por superior, y cuando te suelta una mano ganadora entonces sigue observando hasta que ve cómo su rival evoluciona tras la caída fulminante. Y en ese momento se retrasa y deja que el árbitro aplique sus teorías y el reglamento.
Y si el rival de Vixens logra levantarse, entonces le concede unos segundos de pausa y le importa un bledo si sus seguidores le gritan que lo machaque ya. Porque Vixens no es de esos. No es de prisas ni de alardes excesivos. Porque parece triste incluso cuando le ponen una y otra vez el cetro de campeón mundial.
Vixens levanta entonces sus brazos, y cuando deja de ser secuestrado por los medios, decide poner rostro casi preocupado y busca huír camino de un lugar anónimo y sin frecuentar en donde solo parece sentirse cómodo.
Cómodo, extraño, indiferente, casi dejado, como sin dar relieve a nada en especial, como si no fuese un atleta portentoso o un pegador letal.
Lo que hace Vixens es meterse dentro de su casa con su novia más que bella, y entonces ella le echa en cara que no sonríe apenas. Y Vixens la replica diciendo que no hace falta, que se está bien ahí con ella, y que esto es una profesión y poco más, y que él no es tan grande como se cree, y tal y tal ...
Mireille le conoce, le ama y le aprecia. Tiene mérito. Porque amar apasionadamente al extraño campeón debe ser otro gran combate de sentimientos que pueda durar más de los doce pertinentes asaltos.
Vixens viste como un chico de barrio, y jamás sonríe. Incluso cuando se hace fotos con admiradores chicos, decide mirar fijo a la cámara antes de hacer demasiadas complacencias y concesiones.
¿Traumas de la infancia?, ¿un tipo raro?... Lo mejor es que no se sabe qué diablos le puede suceder al gran y todavía joven as del box.
Por lo demás, Vixens va todos los días a entrenar, economiza todos sus necesarios ejercicios, es como si no le diera importancia al dinero, consume poco y no gusta de grandes carros. Ni siquiera ama abrazar a las grandes marcas de la moda. Se limita a ir cómodo y siempre cerrado y enigmático.
¿QUÉ ESCONDERÁ?

miércoles, 24 de febrero de 2016

- LA CHICA DE LA TIENDA DE TELÉFONOS -



Sideral. El espacio. El clasismo y la exclusión. Temor en el cuarto oscuro. Si eres pobre y  tienes la ocurrencia urgente de meterte en una tienda de teléfonos, has tomado una intensa y nada dulce decisión.
Te ven la cara. El tema es que te ven la cara de pobre y la sonrisa de circunstancias, y entonces se vuelven confiados y se ponen ahí arriba. Piensan que yo voy a restringirles sus negocios en eterna expansión. Como el universo de Hawking. Siempre en expansión.
La chica era menudita y con ojos vivarachos. Me escrutó precozmente y etiquetó, en décimas de segundo. Es fácil. E intolerable. Hoy en día ser pobre es un problema para el sacrosanto y mimado Mercado. Don Mercado.
- "Deseo saber las tarifas de su Compañía para hacerme una composición de lugar y ..."
- "¿Quiere venirse con nosotros, señor?, ¿en que Compañía está ahora? ..."
Cuando le dije atemorizado que mi tema era de preocupación y de pensión mísera, se desató el gran vendaval de la muchacha potente, joven, lista y pizpireta. "¡Es la presa!" "¡Hay que acojonarle!"...
Es el mundo de hoy. Un terrible 2016 español, globalizado y mundial. Y entonces la chica de la tienda de teléfonos se alzaba menuda sobre sus tacones no necesariamente excesivos, y se veía en ella que tenía prisa, y que el capitalismo es una marca que nada tiene que ver con la lógica o con lo real. ¿Creerá la chica en el capitalismo? Yo, espero que todo sea una pose, una comedia, una apuesta por su juventud liberada y ambiciosa, un deseo de ponerse el pelo y los bolsillos muchos más llenos, quitarse las gafas, ponerse rimmel y salir a gozar. ¡Es joven y tiene derecho! ...
- "Tenemos ahora unas ofertas que verá cómo ... "
- "Lo malo es que cuando se acaben las ofertas, vendrá la facturación real y ..."
Fiereza y leona. ¡Ahora! La chica menuda me dice que vale, que bien, que lo que quiera, que sí, que me deja sin móvil y no pasa nada, que le desprecio la oferta y que está bien y tal ...
¡Solo quiere mis datos! ¿Existe la Agencia de Protección de Datos? Claro que existe. Sé que luchan hasta cuando estás en pleno amor con tu chica a las tres de la tarde y tu fijo empieza a ser intervenido por llamadas y más llamadas procedentes del libre comercio. ¿Quién no ha mandado a un ofertante a freír garbanzos en algún momento crítico de su vida?, ¿se levantan manos? ... Los protectores, son sin duda unos maravillosos y hasta literatos quijotes postmodernos. Pelean con leyes menores, pero sudan sus camisetas. No hay dudas.
- "Pero tú tienes todos mis datos, ¿eh? ..."
- "¡¡No sé nada!! ¡Tenga usted este folleto y ahí pone absolutamente todas sus dudas! ...
Me levanta enérgica su voz. Me lo ha sonsacado todo menos los higadillos. Estoy casi desnudo ante la menuda poderosa, y finalmente encuentro ruborizado un punto cómplice. La miro, me entra una media risa, y sé que también sé sonreír yo con seducción. Élla, me devuelve gentilmente la sonrisa. Es ganadora, las empresas son ganadoras, y yo ni siquiera soy una pequeña idea en la inmensidad de un océano. No soy.
Ella ha ganado. Lo sabe todo de mí. Mis familiares tendrían celos de lo que me ha sonsacado. La tía, se lo curra. Es impecable y me tumba en su lona de una atmósfera que nunca entenderé. Sideral. Es el espacio, y yo un Carpanta aparentemente sin resuello ni opciones. Sin ciudadanía, apátrida de contraataque y besando hasta con lengua y tornillo su lona triunfadora. ¡Aquí un amigo derrotado! ...
Mi sonrisa. Casi, mi risa. Éso, hizo dudar a la menuda campeona mundial. ¿Por qué aún reía si estaba acojonado de dinero? Dinero. Sí. Money. Pasta. Monedas y clasismo. Hace tiempo que nos han chorizado la comunicación y nos han mandado a la segunda división de las señales de humo.
-INTENSA Y NECESARIA EXPERIENCIA-

domingo, 21 de febrero de 2016

- "EMANCIPARSE" A LOS CINCUENTA Y CINCO. -



Responsabilidad y desnudo frente a todo mi deseo y obligación. Mi reto inevitable en medio de mi edad insólita y siempre inesperada. Quedarme solo enfrente de mí y ver aquello que me gusta y lo que me desagrada.
Emanciparme desde dentro de mí. Cursar y acometer mis zonas más reales y sensibles que no admiten las trampas. Mi osadía de crecer a destiempo y comenzar a caminar temeroso y preocupado por caminos expectantes y preñados de dudas y hasta de escepticismo. Tristeza y alegría que se lían y unen como el amor y el odio ante las ganas de vivir.
Ahí está mi casa a los cincuenta y cinco años. Mi casa de mí. Hacer la higiene, la compra, administrar el pecunio de mi supervivencia, renunciar a los descabellado, y juntarse con lo que tiene que ver con esa realidad sana y auténtica. Confesar todos los pecados y abrazarme todas las virtudes. Creer en mí.
Camino de ida en mi más de medio siglo de vida. Cuidarme y abrazar la sorpresa. Cerrarme los ojos ante el estupor de incomprensión de rechazo de quien jamás podrá imaginar de mí.
Dolorido y atolondrado me lanzo sobre mi aparente soledad y sobre el vasto espacio que tras la muerte de mi madre abre mi vida.
Mi horizonte nuevo y por curtir, transitar y seguir caminando rumbo a mi verdad y pugnando por salir airoso de las tentaciones testamentales de cuarenta días y cuarenta noches.Tentación de inseguridad, de miedo a mi conducta, de apuesta positiva y anhelante de que todo saldrá finalmente bien si decido que así sea. Deseo de jubileo sosegado y calmo. Soportable y sonrisa de acción.
Dentro de mi nido y a punto de volar del todo, lanzo mis alas al gimnasio y debuto ejercitándome sobre la hierba. Me mancho solo la inexperiencia, y salto. ¡Salto! Salto con la decisión convencida de que se intenta o se muere. Que hay que dejar atrás las seguridades inanes y probar nuevos alimentos de riesgo e innovación. El cambio de crecer es exactamente éso. Los huesos me crecen a los cincuenta y cinco, y el dolor es tan heróico como necesario para convencerme de las ventajas del estirón casi postrero.
Vuelo. Vuelo con los pies en la tierra y con mis pasos vacilantes y claros a un tiempo. Sin muletas ni aparatos, sin concesiones y como buenamente sé, poniendo lo mejor de mí en mi paso pesado, e intentando llegar a esa gran línea de mi carrera de salida propia. Mi tiempo llega individualizado, personal y absolutamente inevitable. Recargado y simplote, noble y bisoño, activo y rápido, seductor y asumiendo mi tiempo y situación.
Paso sobre todos mis deseos y sueños, y entonces los demás me importan relativamente que no sea para posicionarme con ellas y ellos y caminar con tod@s por caminos absolutamente necesarios. Socializarme cuando parece que ya no toca, seguir cayéndome y levantándome hasta que no quede un grado de energía de mí, y sobre todo confiar y apostar desde mi sino.
José Vicente, cincuenta y cinco sueños, escritor sin título, nobleza en genes, y expuesto a todos los temporales exteriores e interiores que acepto y entrego. Me lanzo al aire y al viento, y a la ansiedad y a la impaciencia, y al placer y al llanto, y a la ausencia y al futuro, y a tí y a mí, y absolutamente a todas esas pruebas y vallas necesarias que pare la inteligencia del seguir.
-ASUMO EL RETO-

lunes, 15 de febrero de 2016

- ESPERANZA AGUIRRE Y SU OLIMPO ETERNO -


¿Se va?, ¿qué es dimisión? Esperanza Aguirre ha nacido para estar siempre en las cumbres de la ambición. Allá donde los límites saludan nuevos caminos venideros y de orégano. El liberalismo y la aética. Ella. Porque Esperanza es muy ella y de la muerte. Nunca pija, sino sobrada de posibilidades.
Tímida sonrisa aparente y de ultraderecha. Tira motos y recluta aspirantes a paladines de Calabria, es fuerte ante su delgadez, y nadie nacerá que toserla pueda. Dicen que ha presentado la dimisión. Como si la dimisión fuese una rival para Esperanza. La Aguirre está por encima de formalismos y barreras. Un ciclón que baila con los periodistas como una pícara poderosa que se divierte tanto que rompe casi a reír y se contiene porque no está bien y hasta se puede malinterpretar.
La Aguirre es como es. Es así. Como el fútbol. Se siente con el título de escaladora de los ochomiles, y sobre todo, creativa y siempre primera. De siempre, cañí, española, a mí oiga de usted, de "Madriz", chulapa y con olor a bien perfecta en todo.
Atácala dialécticamente y mutará los paradigmas. Búscale los puntos flacos, se volverá pared infranqueable, y luego saldrá de las cuerdas con su vestido azul caro e informal, y le pondrán una alfombra como a las actrices y te lanzará unos contragolpes al hígado que te llamarán la atención por su largura y puntería.
Esperanza, se va. ¿Se va? Nunca. Esperanza interpreta al derrotado como a una mera creación literaria fantasiosa y sin sentido. Ella es una señora soldado que no sabe pasar a la reserva ni a ningún hogar de los jubilados de las playas del Caribe. Aguirre no cumple años, ni le pesan los kilos, ni le sorprende nada, ni las arrugas indican necesariamente algo inconveniente, y sobre todo que las cosas nunca tendrán para ella ni dramas ni romances. ¡Mamandurrias!, ¡mamandurrias!, irá a exclamar.
Madrid. Su cuna. Sus dineros, linajes y posesiones. Me lo merezco, y todo más claro que el agua. Es diva entre las divas, y el poder es su actor favorito. Tiene mundo, planeta, universo, galaxias, y expansiones de la Cuántica que seguro que vislumbró cuando estudiaba inglés en selectos foros en donde solo las magas elegidas pueden tener visa y matrícula.
¿Odias a Esperanza?, ¿la detestas?, ¿eres social y crees en lo público?, ¿votas a Podemos y a Pablo Iglesias o Monedero?, ¿te parece la crisis un eufemismo para no llamarlo  atraco de capitalismo resabiado de amiguetes? ... Entonces, si piensas así, no cuentes con el olimpo socioeconómico de Miss Aguirre. ¡Oh, now! ...
Incluso Aznar parece retraído e histórico ante Esperanza. Porque Esperanza anuncia su dimisión y también toda la altanería de quien se siente libre de todo mal.
Esperanza nunca dará explicaciones a nadie. Es la reina del PP aunque se vaya porque observa demasiado ladrón desnudo por donde pisan sus coquetas zapatillas de Zara y pose.
Esperanza, va. Como la nave. Esperanza es la hembra de la España tradicional, y a la vez contradictoriamente inmovilista e innovadora. Esperanza es ese país de la misa que ataca ferozmente a los comunistas y que tiene su búnker particular en el medio de su ego de oro.
Mi consejo es que nunca pierdas de vista a Esperanza aunque diga que adiós muy buenas. Debes mirar por un agujero que pergeña y te olvidarás de que existen cortapisas o condicionantes. Cuando eres vecina y residente en Everest, te dan cosa los sucederes que parecen acontecer muchísimo más abajo y en espejismo. Esas hormigas que se mueven alocadamente y con nervios.
¡ESO NO ES VIDA, REDIEZ!

miércoles, 10 de febrero de 2016

- SU GESTO BONANCIBLE -


Acomodado y ambicioso, vivido y descreído, atractivo y seductor, elitista, ojos verdes y atractivos, intelectual y vital. Profesor de instituto y exigente, de izquierdas, bien vestido, impoluto y resuelto.
Discreto y de voz queda, menudo y listo, estratega y cabronzuelo, profundamente universitario y hombre de hoy. Y de ayer, y de siempre.
A Bento le gusta viajar hacia las raíces del pasado. Le apasiona el atrás, las largas piernas de sus chicas especiales, y las costumbres de los antepasados ganadores y selectos.
Los romanos, los restos arqueológicos, la inteligencia y el legado de los que fueron; la potente curiosidad por entrar en otras civilizaciones que fueron y estaron. Porque para Bento, la civilización de su tiempo no le interesa en exceso. Le aburre, la ve previsible y decepcionada, evidente y de poco fiar. Prefiere indagar acerca de otros momentos y de otras culturas.
Bento sabe ser contradictorio y no es de medias tintas. O le admiras, o le detestas. O te quiere de verdad, o le eres absolutamente indiferente. Y le gusta levantarse como un consumista más y perderse por esas tiendas de dios y del capitalismo,  buscando buenas creaciones y favorecedores y elegantes atuendos. Su elegancia y su elección.
A Bento le gusta ser niño grande y jugar a decir exactamente lo contrario de lo que piensa. Porque es travieso, juguetón, irónico, cáustico, excesivo, ligoteón, y siempre imprevisible. Prefiere ser Carlos V a un hombre normal de ciudad. Lo que pasa es que esta última propuesta de elección no es decididamente nada racional. Descartable, pues ...
Bento siente atracción por la estética,-a la que considera tan importante como los nervios serenos-, o tomar un café con una belleza de envidiar. Sí. La estética y la pose también son la referencia y la seña que todo lo indica. Por eso no le encontrarás mota de polvo o mácula extraviada. Porque lo mira todo. Porque la presencia se inventó para no dormir.
Cuando tiras a odiarle y a llamarle prepotente o engreído, frénate el carro. Porque Bento es dibujo creativo y sabe elegir bien. Y entonces emites interiormente un om budista y decides callar y observarle.
Y su gesto y su mirada son bonancibles. Ese es Bento. Más allá de sus virtudes y defectos, Bento es característica sensible. Es hablar bajito y respetuoso, y sabe también dar calor. Tras su severidad y sus ademanes ordenados y hasta desaliñados, se halla su afecto a otorgar.
Lo que pasa es que pocos pueden saber que Bento es tierno. Para eso tienes que pasar muchas cribas. Has de ser inteligente y hasta guapo como él, y dejarle hacer y no agobiarle. No preguntarle apenas nada y dejar que avance desde los puntos cardinales camino de tí. Si es que quiere ...
Bento desea recuperar la libertad que siente que le cortan y que le putean, hablando claro. Necesita irse a la Antigüedad y a los restos, para poder saber y comprobar que existieron. Y entonces se siente interesado y feliz. Y exigente, y veleta, y vuelveloc@s, y a la vez nunca pierde su sonrisa de seductor y hasta de Zara.
Tú mira a Bento cuando está sentado confiado en una silla alrededor de gente que le aprecia de verdad, y te darás cuenta de que su corazón es compasivo, afectuoso, extraño y siempre presente y vivo. Sabe más de lo que él mismo cree y le encanta su pose cínica.
¿CORREGIBLE?

viernes, 5 de febrero de 2016

- LADRONES, LADRONES, MÁS LADRONES ... -



Alí Babá no podía ser codicioso. No vivía aquí. Valencia. España. 2016. Muchos años de robar. Robar, robar, robar. Ladrones, ladrones, más ladrones ...
Corrupción en España a todos los niveles de la política y el Poder. Intrusos con aviesas intenciones y con derecho de pernada. Infliltrados desde su falta de ética social pata vivir de ésto y con la idea de forrarse a toda costa. Costa. La Costa. Valencia, todos los concejales, alcaldesa, todo Cristo, Alfonso Rùs y la Paella, el garrofón y la playa del turismo y de la Malvarrosa. Olor a golfo por metro cuadrado. Se sabía. ¡Se sabía y todo el mundo callaba! Ladrones, ladrones, más ladrones, cómplices de los ladrones ...
Ritarato. Feudo y cacicato. El bigotes, y el friki Benavent que tiró de la manta. El Partido Popular cual asociación de malhechores. Chorizos de cantimpalo, robaperas del tres al cuarto metiendo la mano en la caja. ¡Socorro, es Valencia! ¡Cuidado con las carteras! ¡Tienen el Poder! ¡Siempre tienen el poder! ...
El Palmar, La Albufera, el esgarraet, el allioli o ajoaceite, el búnker barraca y Berlanga. la foto de Sorolla el genio y los satíricos de La Traca. La luz. Toda la luz que ciega a esos ladrones que ahora se esconden cuando la Guardia Civil ha ido decidida hacia ell@s. Como la FIFA y el FBI. Coincidencia de siglas y de intereses espúreos. ¡Ladrones! ¡Vergüenza ha de daros el espectáculo bochornoso que dáis! ¡Sóis demasiado vulgares horteras ladrones, y de corbatas y de piel exótica! ¡Chusma! ...
Indignación e impunidad. Sustraedores de lo ajeno que es de todos. Se han robado los avaros locos hasta a ell@s mism@s cegados por el vicio del miserable. Su presencia nunca agrada. Su estar genera mierda en el medio de un panorama renovador y saludable. Esperanzado. 
¡Sed fuertes, chorizos! La cárcel aún os pilla lejos. Nunca váis ahí, y cuando tenéis apuros, siempre hay manos agradecidas que completan vergonzosas fianzas.
Vito. Reggio Calabria. Mafia. Corrupción en las cejas y orgullosas lágrimas de cocodrilo triste. Esperemos que llegue su tiempo. Valencia está en el punto total del mapa del facineroso. La naranja está manchada de euros hurtados camino de los grandes y mitológicos paraísos fiscales. ¡Ladrones, ladrones, muchos más ladrones! ...
Una gestora lanza piedras de sedación sobre el presente de una verdad. Han robado. Nos han puesto sus sucias manos en el bolsillo y decían ser nuestros gobernadores y representantes. ¡No fueron jamás nunca de fiar! ...
Mordidas, sobrecostes, trampas, despilfarro, lujos del capricho, mentiras, Copa del América, la Fórmula 1, la Ciudad del Cine o de la Luz, el Mestalla mal proyectado en el suelo pudriéndose, y peinetas y más peinetas descontroladas emulando al dios cabrón Bárcenas. ¡Sed fuertes! ¡Más madera que hay money! ¡Tenéis nuestro dinero! ¡Ladrones, ladrones, "lladres"! ...
La cárcel. Ahí debéis estar. Debéis volver a la isla de lo social  y cambiar vuestras insanas costumbres. Vuestros trajes y corbatas huelen a mentira y a trile, no sóis especiales sino el rechazo, habéis hecho demasiado daño a mi Valencia que es la tierra. California de la luz y del amor. El mar. La mar. ¡La madre! ¡Cuántos chorizos todos juntos! ...
Había una cosa que se llamaba honradez y no se sabía. La Società, los Prizzi, Sacco, Vanzetti. Sigan poniendo todos los nombres de la gran camorra. Valencia, España, tristeza, 2016.
¡QUÉ BOCHORNO!