lunes, 30 de octubre de 2017

- DISFRAZ -



Jugaré al cambio y al Halloween. Carnavalizaré mi yo y lo mutaré en otras cosas que nunca seré. Me pintaré los cabellos y me haré nariz de clown. Y saldré a la calle a lucir mi nuevo look. Y todos mis sueños y fantasías reinarán tranquilas en una tarde de otoño con cambio climático que camina hacia la oscuridad invernal.
Seré un rey y tendré mil barcos y mil puertos con princesas, poseeré un paraíso de placer y de money. Me sumergeré en mi búnker de pasión.
Y ahí meteré al arca de Noé, y a Monica Bellucci, y a Papá Nöel, y a docenas de parejas animales y sapiens, y bucearé a lomos de un submarino enigmático e ilocalizable y sacaré el periscopio a todas horas para cotillear toda la vida de los demás.
Seré tu zombie enamorado, y abrazaré el capitalismo de gángsters, y gritaré con horror los efectos devastadores de tu distancia y de tu olvido.
Optaré por sedar y juguetear un balón como hace Iniesta, machacaré el aro como Lebron James, tendré la furia de Nadal y el glamour de Federer, bajaré de las dos horas en el marathón de Boston, te compraré la lencería más cara de la tienda más prestigiosa y pija, y tú me la aceptarás con un movimiento pícaro de lengua Jagger y con la magia de tus encantadoras sonrisas de mujer eterna.
Y seré cuento, y villano, y cabrón, y marginalizado, y boxeador de acero en Las Vegas junto a cientos de chicas que me acosarán la vanidad. Destrozaré en el ring mandíbulas y sueños, y nunca habrá nadie como yo.
Se pegarán los medios por ofrecerme entrevistas, todo el mundo tendrá mi apellido en su boca, y seré presidente de los gobiernos más poderosos y super jeff de las multinacionales más colosales e influyentes. Y mi reino no tendrá fin.
Nunca seré mayor; siempre un eterno corderillo con ojos chispeantes, y me mediré en retos aparentemente imposibles e inalcanzables. Les diré a los dioses que yo soy más esencial que todos ellos, y luego me iré a tomar unas birras y a hacer unas fiestas prohibidas en el monte de un planeta con docenas de diablos. Y habrá sexo tabú y cañero, y no habrán reglas, y el desnudo será el rey. Mi rey.
El mundo será otro. Y no habrá nadie que pueda detenerme. Solo podré parar cuando mis ojos topen con unas kilométricas piernas de una señora de cualquier edad. Seré tu pelele y tu tirano, tu machista y tu mantenido, tu yin y tu yang, y haremos el amor en el mar y en los montes himalayos sin pasar ni frío ni calor.
Durante unas horas, toda mi locura será franca y posible. Y seré más feliz que una perdiz, y más dictador que el del bigotillo vienés, y demostraré que dos más dos son séis, y haré magia y milagros, y convertiré a los niños en una sonrisa tierna y con chuches rellenos.
Calabacearé el terror como el miembro de una secta de fiesta, y haré un guiño de thriller al mito Jackson, y la sal sabrá a azúcar, y la prohibición se volverá alfombra roja, y la hipocresía en una verdad científica y filosófica.
Las jirafas seran liliputienses como las hormigas, y las mariposas competirán en tamaño y belleza con los flamencos y las gaviotas. Y levitaremos todos sin darnos cuenta camino de un mundo mejor. Y los sustos uhhh de la noche serán estímulos para reírnos y enamorarnos. Sencillamente, para vivir ...
¡UHHHHH!

martes, 24 de octubre de 2017

- PILAR DE LAS MONTAÑAS -



A Pilar nunca pretendí conocerla bien, y eso fue un gran acierto. Por eso me tiene en estima. Delgada, fuerte como el acero, diferente, rebelde con todas las causas del mundo, feminista, de familia bien, de izquierdas, de la Universidad, valenciana, y con una pasión hercúlea casi enigmática llamada montaña. Y la bici, y lo que hiciese falta. Pero, siempre la montaña ...
Recuerdo su coche azul y alegre de los domingos, y su amor por el can Perdido, chucho que bautizó de esa manera al encontrarle y adoptarle por esa zona del citado monte. ¡Cuánto cariño le tenía Pilar a Perdido! Y qué fuerte y arriesgado era el pequeño perrito. Recuerdo cuando un día,-con todo nevado-, se caía en los hoyos allá por La Puebla de San Miguel en una excursión preciosa, inolvidable, durísima y hasta significativa. Todo temerario y hermoso.
Inconformista,profesora de Literatura, inteligente, y con una sonrisa de independencia y de autoafirmación en Pilar. La decían que si no era femenina, que si le iban las mujeres, que porqué hacía aquellas marchas y carreras de ultrafondo por la montaña, y que eso era una burrada sin sentido. Pilar, ni caso ...
Cuando terminaba su docencia en el Politécnico, entonces cambiaba el chip. Tiraba el internet al olvido, se unía a su hermano el montañero, o se juntaba con amigas inquietas con ganas de huír de la odiosa ciudad en finde, tomaba su coche azul, ponía el pie en el acelerador, y a la deseada Montaña. A correr, a andar, a hacer lo que le diese la gana, a importarle un pepino si llovía o hacía frío, y a seguir buscándose a ella misma y a sus derechos.
Coincidimos en un momento determinado de mi vida, y no sé por qué logramos simpatizar. Y teníamos a un amigo común vasco, entrañable y también torbellino natural. Una tierna fiera.
Nos aceptábamos con la mirada, pero sobre todo con el subir y bajar los exigentes desniveles de los senderos. Pilar no se juntaba así como así con los demás. Era tímida como yo, y también la aburrían las conversaciones convencionales. Siempre gustaba salirse de la norma sin ánimo de alarde. Pero también siempre abría a su paso caminos pioneros y hasta audaces. La criticaban porque era muy poderosa de energías, y porque eso del placer en la incomodidad del exterior no se lo entendían muy bien. Yo, la entendía más que bien. Pero solo sus actos. Dije antes que yo con Pilar solo era verla marchar, verla su potencia y su resistencia. Eso es lo que yo entendía de ella. Y su posición contestataria. Su genio indómito, pero siempre argumentador.
Pilar siempre me respetó y me quiso en la montaña. Me aceptó a pesar de que yo no era fácil o quizás por eso. Harta de los tipos impecables y previsibles, debía de encantarla compartir experiencias esporádicas con personas no convencionales, extrañas, fuertes y hasta indefinidas. Sus gustos raros, me incluían.
Tuvo varios novios y yo me quedé fuera. Pero no sé si me hubiese gustado ser novio o pareja de Pilar. La hubiese echado demasiado de menos. Su vitalidad y puesta en acción era muy superior a mis modestos planes meditados, y seguramente nada hubiese prosperado a pesar de todos los peses del amor que nunca se sabe ni se tiene certezas.
Fui amigo en la distancia cercana. Hace años que no la veo. La tengo entre mis contactos, los años no pasan en balde, pero el respeto y la consideración nunca son rasgados por Cronos el rey del tiempo. Hay un pacto tácito e insondable entre nosotros de mi timidez y de su respeto. Siempre sé que Pilar me seguirá la peripecia vital, y quizás se extrañe de que no vaya a la montaña a pesar de mis piernas ya caducas para esas experiencias. Pero a ella le gusta la extrañeza para sonreír.
Sí. Pilar y aquel tiempo especial siguen en mi smartphone. Está en el watsaap y no me borra, ni yo a ella. Y miro a veces el horario de cuándo me vino al privado y sigue cerca y presente. Y por si me está leyendo y retiene el nombre de mi blog, ahí tienes un beso para tí, Pilar.
-Y MUCHAS GRACIAS-

viernes, 20 de octubre de 2017

- TIERRA Y AGUA -



Otoño desnudo del verano. La tierra está densa y envolviéndose en costra en torno a sí misma. Demasiado dura la tierra, demasiado pétrea y abrupta. Reseca y deficiente. Desequilibrada, sola y decepcionada. Necesita, a la par que trata de rechazar el agua. Para la tierra, el agua es su vigía y su masaje, su barco de navegación y su modelado dúctil necesario. Demasiado desierto reseco. Demasiada distancia.
Casi o totalmente de repente, inopinada y hasta clamorosamente, la luz del sol se eclipsa y se reduce. La borrasca cuaja desde el horizonte a la bella y a la vez traicionera velocidad de la sorpresa. La tormenta se prepara y se adoba desde los olores de la humedad, humo del agua.
Relámpagos y truenos. Se acota el desenlace final que orlan la percusión del ruido y de la chispa. La gran tormenta va cerniéndose y descendiendo sobre la ciudad y sobre el campo. Sobre el todo de la tierra.
Baja. Muy baja y explosivamente exhuberante la gran nube negra. Horizonte obscuro. Hasta que estalla y se define la tensión. Hay momentos reacios por las dos partes. Porque el agua parece refugiarse en la casi ausencia de luz, y la tierra demasiado profunda y escasa teme la decepción y que su deseo nunca verbalizado quede ajado tras un hipotético vendaval oportunista que aleje lo previsto.
Hay deseo mutuo. Atracción. El agua y la tierra, viceversa, se precisan aunque son dos elementos bien distintos. Como una polaridad. Como la eterna atracción entre un macho y una hembra. Como algo finalmente inevitable.
Primer aviso. Primeras dudosas gotas. Amagos suaves que rocían con la gran timidez una realidad que va a llegar. Como un juego paulatino de seducción. Como algo tan deseado y a la vez temido y pudoroso. Como un rubor mutuo. Como una prueba y cortejo.
Hasta que la lluvia alcanza potente intensidad. Y la tierra, responde y recibe. Besa ese contacto y se hace unidad con quien la llega y afecta.
Agua a mares. Agua a exceso. Agua a orgía que casi ruboriza y sorprende. Agua inevitable que ahora golpea con fiereza a una tierra que ya no se defiende sino que se abre y acepta. La tierra toma al agua, le da orificio y destensa su fantasiosa musculatura. Ya hay cópula y necesidad.
Y la tierra es otra, y es río, y es removida y revoloteada, terremotizada y manejada como un pelele que se antoja inevitable. El agua acoge en todo su seno la avalancha de agua y la transporta a lomos de sus líneas de desniveles, mientras la acerca a todo y al mar que es donde está la continuidad acuosa.
La tierra cumple su función receptiva, y se torna fértil, y acogedora, y amorosa, y excesiva, y tolerante, y permeable y hasta oportuna. La tierra se pone verde y hace más raíces con sus árboles vegetados. La tierra fructifica debajo de esa masa de agua kilométrica que inunda y purifica. La tierra se adapta al chubasco, le hace charco y se sumerge tras ella vencida aparentemente en inundación siempre sumisa.
El polvo y el resecor pierden sentido y presencia, y el barro muestra el otro extremo de lo denso, y nosotros los humanos solo podemos ver y participar en el gran fenómeno supremo que es la Naturaleza poderosa y abierta.
La tormenta,-explosión de exceso y vida-, descarga todo su azar sobre un espacio de zona receptiva que espera ese torrente líquido que bien conoce y conocerá. Agua y tierra, tierra y agua, son dos elementos distintos, sí, pero que se complementan con la sabiduría y la evidencia de un gigante filósofo y meteoro de la Jonia clásica. Y esa junta de vida es hermosa y especial.
-MÁS QUE SEDUCTORA-


sábado, 14 de octubre de 2017

- CAMINO -




Camino del calor eterno, camino complicado, camino de decisiones, camino extenso, camino de dudas y de concreciones, camino de nebulosas y de sueños.
Camino personal. Camino de driblings habilidosos, camino del viento y del fresco, camino del cambio y de la duda, camino de la tensión, y de lo que hay, y de la paz y de la esperanza,
Camino ya con los calcetines dentro de los zapatos, camino las piedras de la tierra,y los llanos, y los extraños, y los desniveles exigentes,y las bajadas contenidas a golpe de sonrisa interior y de conciencia.
Camino de un azar inexcrutable, camino casi como un funambulista decidido, camino trampero, camino poco atractivo, camino dual y traicionero. Camino seguro de lo que yo quiero. Camino de belleza femenina. Camino de curvas e inteligencia, camino de aceptación  y de prudencia. Y de ese amor que duele cuando se aja.
Camino de mañana, camino cotidiano y aceptador, paulatino, camino de recursos técnicos y propios. Camino de paciencia y humildad. Camino de salud y cuidados. Camino de crecer siempre hacia arriba, hacia adelante, hacia el impuso directo.
Camino de abrirse. Camino de elegir aunque yerre. Camino de atreverse a gozar y a tocar. Camino de admirar unos ojos o un porte. Camino de no quedarse como una estatua de sal mientras los demás la gozan. Camino del tren de la vida, de la estación que bulle, del paso franco y claro hacia todas las partes.
Camino localista y universal, camino de expresión libre, camino de pensar lo que me dé la gana y afrontar ufano y responsable todas las consecuencias.
Camino de sorpresa eterna, camino de escuchar, camino de cantar, camino de actuar como sujeto activo de un vivir más pleno. Camino de cometer muchos más errores pero con el firme afán de levantarme potente y leso nuevamente.
Camino de futuro, camino de otra óptica, de otro tiempo, de otro gol, de otro juego, de otra socialización, de un nuevo coito, de un nuevo puente de ocio, de sacralizar la alegría del placer de vivir, y si pierdo este tren que hay ahí sé que habrán muchos más que me darán confort de destino decisivo y certero.
Camino inevitable de transición. Camino de proyectos, camino de sudar y levantar el culo, camino de medir los límites y huír de los alardes, camino del yantar y del llegar a fin de mes, camino de la coherencia, camino del planificarse aquel que soy y seré, camino de tu magia de señora, de tu fragancia de embrujo, de tu catre silencioso pero archidinámico, camino del deporte y de la naturalidad, camino que le da un corte de mangas a la impostura y a la hipocresía, camino de la tentación y de la bisoñez, camino del cartabón, de la regla, del lápiz y la goma de borrar. Camino de la escuela de la vida.
Camino de esfuerzo y de balance positivo y animoso, camino vigilante contra los canallas, camino presto frente a la incomprensión y la ignorancia, camino hacia el descanso y la risa, camino hacia lo que parece imposible barrera irrompible, camino a que nadie ni yo mismo se interponga entre todo mi derecho y mi aspiración, camino de paciencia y de recuperación, camino de la tarde verde y tranquila. Camino tú de mi y camino yo de ti y exactamente de todo y de tod@s.
-Y SIGO CAMINANDO-

martes, 10 de octubre de 2017

- LOS TIEMPOS DE PACO -




Su mirada es lenta y amable a un tiempo. Paco está sentado en la silla de la habitación de un hospital para crónicos. Sabe que soy yo, que le cuido a ratos, que le acompaño en ese su otoño personal que no huele a optimismo, está como medio atontado y hábilmente paciente mientras apenas me habla y tengo que ser yo el que tire una y otra vez de su mutismo, sabe lo que le espera porque ya depende plenamente de los otros; Paco sabe mucho más de la cuenta de lo que se cree o puede creer.
Es suave, dulce, guapo, mayor, rubicundo, educado, sabe estar, no cree en el mundo de hoy, y sencillamente nunca esperaba tan pronto su decrepitud. Paco es ahora otoño de la hoja amarillenta que cae, ya no se tiene en pie, y me hace cara somnolienta mientras yo le doy la tabarra con mis cosas de amateur acompañante.
Sí. Paco es la viva estampa del otoño y del ocaso de quien fue. Pero no ha dicho su última palabra. Ahora, está estratega, porque valora su situación y no ve nada claros sus próximos meses o sus próximos tiempos.
Yo prefiero a Paco dando hiriente e irónica batalla dialéctica con su mujer. Me gustaba más cuando sacaba toda su real mala baba de siempre y apuntillaba sus asertos. Cuando era tiernamente cabroncete y poco amante de la vana impostura.
Yo creo que Paco finge entre sedantes. Ha decidido ahora que sea la inercia de los otros quien le sitúe en su futuro indeseado. Paco hace tiempo que me dijo que no quería seguir viviendo, y yo le comprendo perfectamente. Por eso me esfuerzo para quitarle de la cabeza la idea negra y fatal. Aunque tenga argumentos, mi misión como voluntario es regateárselos y distraerlo con mis ocurrencias. Y que cuando quiera darse cuenta, ya sea la hora de la comida, de la cena o del dormir nocturno.
No debo llevarme sus penas a mi casa, sino estar apto en el escenario de su realidad. Paco tiene mucha energía emocional, lo fue todo para su familia, el motor del equipo familiar, sigue teniendo mucha fuerza de cintura para arriba, y una cabeza que le lagunea sus ideas pero que no las seca.
Me gustaría que Paco se siguiera cagando en todo. Porque le aprecio. Y supongo que su actual aspecto envejecido y estupefacto, se romperá positivamente cuando llegue a su casa. Paco nunca será un obediente sino un valiente activo y hasta acelerado. Me gustaría que golpeara con contundencia su mesa,-como de habitual-, y que pusiera inquieto a su derredor más cercano.
Porque Paco finge un tiempo. Es cauteloso hasta la saciedad, se sabe ahora incapaz de plantar batalla, y cuando me ve, mira hacia abajo porque sabe que le conozco y que a mí no me la va a dar con queso. Nos conocemos los dos más que bien. Un año y medio no pasa en balde. Ha habido mucho tiempo para entrar en su mundo y él en el mío.
Si en casa puede estar,-lo van a intentar nuevamente a pesar de que sus piernas le han dicho adiós-, estoy seguro de que a Paco se le irán las sedaciones y volverá a mostrar su potente parcela de poder. Es un padrazo, e intuyo que a mí me ve más como a un sobrino que como a un acompañante desinteresado.
Le soy voluntario porque me acepta y valora. Y porque si hubiesen dudas, hay anécdotas que certifican la cercanía. Acerco mi mano a la suya, y entonces Paco me la aprieta con fuerza y con otra de sus manos me cierra los huesos para quitarme la capacidad de pulso y reacción. Jugamos a esa complicidad.
Eso no estaba cuando le vi por vez primera. Ni pienso cambiarle, sino compartir unas horas de su otoño pactado. Cada vez hablaremos menos, seguramente. Cada vez, será otro. Pero yo espero que no pierda su esencia contestataria. Si lo hace, ya no será Paco sino un mero recuerdo de su verdad.
-ASPIRO A ESA COMBATIVIDAD-

jueves, 5 de octubre de 2017

- EL TENSO MOMENTO LLAMADO CATALUÑA -




Me pongo a escribir sobre este triste monográfico en la actualidad. Me siento triste. No quiero que mis hermanos catalanes se independicen de mi país. Siento angustia y una zozobrante sorpresa. Desde que nací, Cataluña había sido también España, y aún lo es, y solo el conflicto vasco con la terrible ETA, me insinuaba la posibilidad de una separación territorial.
España es un país muy difícil de gobernar. Lo componen diferentes pueblos, algunos de ellos con lenguas diferenciadas y señas de identidad distintas. Las llamadas nacionalidades históricas: Cataluña, País Vasco y Galicia.
Las porras. Aunque ya había lío larvado, a consecuencia de una política de Mariano Rajoy faltando el respeto a Cataluña de modo progresivo y a través de sus enmiendas "manos tijeras" en el Tribunal Constitucional, las cosas y las rivalidades se iban manteniendo estables.
El primero de Octubre de 2017, marcó una tremenda herida fraccionadora, que tensó las cosas de un modo tremendo. El separatista President Puigdemont convocó un referéndum ilegal, Rajoy erró en la estrategia y optó por la represión sin miramientos.
Juegos al gato y al ratón. Sangre de porrazo. El caos. Unos intentando votar ilegalmente, y la Policía y la Guardia Civil entrando a saco a parar dichas votaciones. Los Mossos de Escuadra, decidieron prudentemente dejar hacer y se apartaron.
Muchas heridas. Actuaciones policiales contundentes. Con toda dureza. Aunque yo creo que no fueron las heridas físicas lo que más rabia causó en una ciudadanía catalana y general, asombrada. Lo que mas jodió fue ver la soltura de la Guardia Civil y de la Policía, actuando allí en sus calles, plazas, lugares históricos, su desparpajo y su desconsideración. Esa sensación de ser capada su libertad e invadidos sus movimientos, se constituyó en la potenciación de un odio brutal que espoleó siempre hacia adelante en busca de la protesta contundente y del grito. Las calles no se tocan.
Fue un impacto mucho más emocional que físico, aunque hubiesen centenares de heridos por los porrazos y el caos. Esa sensación de límite y de odio desconcertante, precipitó las cosas. Y la gente, herida de corazón sorprendido, se enfrentó a los Cuerpos de Seguridad, y nunca dejó el ágora gritando: ¡Independencia! ...
La estrategia de Rajoy fue una gran cagada histórica. No era conveniente lo que se hizo. Se debía haberles dejado votar, declarar nulas las votaciones, y no dar ni un solo porrazo. Si así hubiese sido, los independentistas hubiesen tenido las cosas mucho más difíciles de lo que ahora las tienen. El odio ha crecido como un hongo gigantesco, legitimándose a sí mismo desde el victimismo, la desazón y la idea de marchar hacia adelante sin importar los porqués o las inoportunas y fallidas porras.
Jamás. Nunca. Nunca una cuestión política se resuelve a golpe de mandoble. No. Los conflictos delicados y en general solo se pueden resolver con toda la paciencia, con comprensión y respeto mutuo de las partes afectadas, y con frialdad. Con toda la mayor frialdad posible.
Porque los nacionalismos siempre son emoción. El español, el catalán, el chino, el ruso o el yankee. Y frente a esos movimientos de hormona política, solo cabe el hacer codos y el mostrar afecto y buena disposición.
No se acabará el mundo si Cataluña se separa. Pero a mí, me dolería. No creo en las fronteras, ni en las banderas, ni en las patrias, ni en las separaciones. Solo creo en el bienestar y en la fraternidad. Por eso quiero que mis amigos y hermanos catalanes no se alejen. Deseo que sigan junto a mí, conmigo, sin malas caras y queriendo seguir en la Unión Española.
Les admiro, les envidio su practicidad y vanguardia, son laboriosos y productivos, aportan mucho humanismo y cultura, su riqueza suma y añade mucho a ellos mismos y al conjunto de España. Si se van, me afligiré mucho. Y echaré de menos el tiempo que han estado y están con nosotros. Es un pueblo tan admirable como todos los demás pueblos de aquí.
-AHORA NO ME SIENTO BIEN-